
Ninguna de las cámaras del recinto captó imágenes sospechosas la noche del incendio
13 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.El incendio del sábado ha sido la gota que colma el vaso para José Manuel Míguez, propietario de Desguaces Ferreiro, cuyas instalaciones se vieron afectadas por un fuego que se prendía de noche. Asegura, con voz resignada, que ya está acostumbrado a los robos, pues en los últimos años este tipo de incidentes ha aumentado, hasta el punto en que es habitual que «veñan roubar unha ou dúas veces ao mes», en algunos casos causando daños en el portal o en el cierre para hacerlo. Según sus estimaciones, en el último lustro habrían entrado en más de cincuenta ocasiones al desguace de Cedofeito en busca de alternadores u otro tipo de piezas. «Esas perdas pódense ir asumindo, pero que che entren a poñerlle lume aos coches non, porque a piques estiveron de deixarme sen nada», incide.
Míguez da por hecho que el siniestro fue provocado, porque en la zona que fue pasto de las llamas se encontraban únicamente las carrocerías de los coches, sin baterías u otros elementos electrónicos que pudiesen favorecer la combustión. Sin embargo, la Guardia Civil mantiene todas las hipótesis abiertas sobre las causas del incendio y el que fuera intencionado es, por el momento, una más.
En la mañana de ayer el instituto armado hacía una primera inspección de las instalaciones en busca de algún indicio del caso, del que se ha hecho cargo una unidad de investigación científica especializada en incendios, la misma que se ocupa del ocurrido justo una semana antes en un desguace de Arteixo, en el que ardían once autobuses.
Falta de medios
El responsable de Desguaces Ferreiro asegura que en el sector hay, en general, una sensación de inseguridad. «Dá igual que teñas o recinto pechado ou aberto, porque che rompen a porta e entran igual. Hai negocios máis grandes que se poden permitir un vixiante, pero os pequenos coma nós non podemos deixar 2.000 euros, por poñer unha cifra, en que haxa alguén mirando que ninguén entre polas noites», destacaba Míguez, quien sí decidió instalar un sistema de videovigilancia cuando abrió el negocio para protegerlo.
Y, aunque el recinto dispone de tres cámaras, ninguna captó imágenes sospechosas en la noche de los hechos, asegura Míguez. «Están todas instaladas pola parte de diante e, quen o fixo debía sabelo, porque tivo que entrar pola parte de detrás, polo monte».
Con todo, Míguez reconoce que el resultado podría haber sido mucho peor de no haber cogido el incendio a tiempo. Al parecer, fue un vecino el que dio la voz de alarma y el mismo propietario del desguace se desplazó hasta el lugar y colaboró activamente con los bomberos. Este utilizó maquinaria propia para mover los coches y crear dos cortafuegos a fin de impedir que avanzaran las llamas y acabasen calcinando los trescientos vehículos que allí había depositados.
De hecho, los servicios contraincendios reconocen que de no haber sido por su colaboración, las tareas de extinción habrían sido mucho más largas de lo que fueron.
La Guardia Civil mantiene todas las hipótesis abiertas sobre las causas del fuego en Cedofeito