Nos presenta en un exquisito ejercicio de género, un thriller de época en la Corea de los años veinte
27 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.2016 • Corea del Sur • Jee-woon Kim • Kang-ho Song (Jung-Chool Lee), Yoo Gong (Woo-Jin Kim), Ji-min Han (Gye-Soon Yun), Shingo Tsurumi (Higashi), Tae-goo Eom (Hashimoto), Shin Sung-Rok (Hwe-Ryung Jo), Byung-hun Lee (Chae-San Jung) • Históricamente, el Oscar a la Mejor Película en Lengua Extranjera es de los premios más fiables a la hora de seleccionar una obra de calidad. Si bien es cierto que dista mucho el cine actual de la excelencia de los primeros receptores del galardón, recogido por Vittorio De Sica con El limpiabotas (1946) y Ladrón de bicicletas (1948), Akira Kurosawa con Rashomon (1950), o Federico Fellini con La Strada (1954) y Las noches de Cabiria (1957), no tienen mucho que envidiar algunas de las últimas premiadas, como Nader y Simin, una separación (2011) de Asghar Farhadi o Ida (2013) de Pawel Pawlikowski.
El hecho de seleccionar un país una obra de entre todo el conjunto producido ese año para que opte, como es el caso del estreno de la semana, a luchar por esa estatuilla, es un buen comienzo para hacerla resaltar en la cartelera. Si a eso se le une que es la mejor película para la Asociación Coreana de Críticos de Cine, estamos ante una apuesta ganadora.
El argumento
Jee-woon Kim, saltando impunemente a lo largo de toda su filmografía del drama a la comedia pasando por la acción, el suspense, el terror, el misterio y la ciencia ficción, nos presenta en un exquisito ejercicio de género su mejor trabajo hasta la fecha. Las superestrellas coreanas Kang-ho Song (Crónica de un asesino en serie), Ji-min Han, y Yoo Gong encabezan lo último del director vanguardista, un thriller de época sobre un agente doble enviado para infiltrarse en una banda de revolucionarios durante la ocupación japonesa de Corea en la década de 1920.
Jung-Chool Lee (Kang-Ho Song) fue miembro del movimiento independentista coreano, pero ahora trabaja como oficial de policía en Japón. Recibe una orden para derribar al grupo de independencia de Corea y se presenta al comerciante de arte Woo-Jin Kim (Yoo Gong), líder regional independentista, pretendiendo estar interesado en sus obras de arte coreanas. Ambos son muy conscientes de las verdaderas identidades e intenciones de cada uno, pero se acercan buscando más información.
Estrenada en el Festival de Venecia y mostrada en otras importantes citas de la talla de Toronto y Mar del Plata, El imperio de las sombras, un cuento de amistad y venganza, es un juego de espías en el que un policía coreano al servicio de los japoneses se ve en el dilema de elegir entre su deber y el apoyo a una causa mayor.