Está usted cansado, lo sé. Yo también. Estoy hastiado de hablar de temas desagradables. Ahora resulta que la amnistía fiscal de Montoro es inconstitucional, pero la tropa de criminales diversos que la aprovecharon no devolverán ni un duro. Y el ministro no tiene pensado dimitir ¡sorpresa! Pero como decía Siniestro Total, menos mal que nos queda Portugal, y sobre Portugal va esta columna.
Llevo varios meses visitando a nuestros vecinos y estoy gratamente sorprendido del adelantamiento por la izquierda que nos han hecho a pesar de todas las trabas que han tenido que pasar estos años crueles. Hace un par de semanas la UE y el FMI liberaron a nuestros vecinos del severísimo control al que los tenían sometidos. A pesar de ser gobernados por un tripartito de izquierdas han conseguido salir de un pozo hondo como el cante. En lugar de naufragar en el fango del comunismo, como dicen nuestros sesudos creadores de opinión que nos pasaría a nosotros si nos dejamos llevar, los portugueses se han puesto las pilas, por ejemplo, en energías renovables. Los grandes centros comerciales de Porto consumen un 100% de electricidad limpia, mientras aquí seguimos haciendo el ridículo teniendo medios para hacer como ellos. ¡Si hasta han ganado Eurovisión con una canción decente!
Amigos míos, ni en Portugal se come solo bacalao, ni sus mujeres tienen bigote ni siguen en el siglo XX. Eso sí, hay un mito que continúa vigente, muchos de nuestros vecinos siguen conduciendo como si estuvieran en Le Mans, y es que allí los radares brillan por su ausencia. Eso hace más meritoria su recuperación.