Regístrate gratis y recibe en tu correo las principales noticias del día

Algunos productores apuestan por introducir cambios

La Voz RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

31 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El puerto de Testal volvía a ser ayer un hervidero después de cuatro semanas de un silencio forzoso motivado por la aparición de la toxina. Hacia las ocho y media de la mañana, las mariscadoras de a pie, que habían salido a faenar a las siete, ya estaban con sus capachos en la rula para el pesaje y clasificación del bivalvo. Un sentimiento unánime: satisfacción por el regreso a los arenales. Sin embargo, al hablar con las productoras, muchas de ellas apuntaban a la necesidad de introducir cambios en lo que respecta a los períodos de trabajo.

Afirmaban varias que, aunque la marea roja es imprevisible «o que está claro é que as condicións meteorolóxicas están variando. Estas temperaturas de 30 graos ás portas de novembro non son normais, pero non é cousa deste outono, o verán alóngase cada vez máis».

Otra mujer corroboraba estas palabras e iba un poco más allá: «Debemos ter miras máis abertas e non manter unha postura ríxida sobre as aperturas. Pódese comezar a principios de setembro». Explicaba, incluso, que esta fue una cuestión que se puso sobre la mesa antes del arranque de la campaña actual: «Había moita xente que o apoiaba».

Sobre esto se pronunció la semana pasada el patrón mayor, Santiago Cruz, al ser preguntado por este medio por la posibilidad de adelantar el inicio de la actividad. En este sentido, el dirigente de la cofradía señaló que el comienzo no puede anticiparse mucho porque el marisco tiene su desarrollo y, si se coge demasiado pronto, no está en buenas condiciones.

Los topes

Durante estas semanas en las que no pudo extraerse bivalvo, también hubo voces que planteaban la posibilidad de incrementar los topes. Por ahora, esta alternativa se ha descartado.

Sin embargo, ayer no faltaban profesionales que sugerían la opción de abrir algunos días en agosto, para aprovechar la llegada de turistas y el elevado tirón que tiene el berberecho de la ría de Noia.

Frente a quienes proponen cambios para adecuarse a los imperativos que marcan las condiciones meteorológicas, también estaban las productoras que sentenciaban: «Estamos afeitas a estes altibaixos. A verdade é que foi un golpe duro porque iniciaramos unha campaña moi boa que se veu cortada de forma imprevista. No mar hai moito bivalvo».

Ahora, lo que todos esperan es que la marea roja no vuelva a jugarles una mala pasada: «No 2016 tivemos que parar varias veces en novembro porque ía e viña. A ver se nesta ocasión non sucede nada diso».