Visibilidad comercial y confianza para el cliente
BARBANZA
El sector turístico se hizo eco de la importancia que tiene la incorporación de la calidad en sus organizaciones con el principal objetivo de buscar una estrategia de diferenciación y/o la búsqueda de reducción de costes de cara a ser más competitivos para conseguir la supervivencia en el mercado. En este contexto, la implantación de la variable calidad en una entidad turística puede darse sin más o venir acompañada de una certificación generalmente, por una tercera parte independiente, que le permite disponer adicionalmente de un distintivo externo y oficial que le aporta un valor añadido a su marca comercial y le garantiza al cliente el cumplimento de los requisitos definidos en una norma. Por lo tanto, la importancia o no de disponer de un sello de calidad es un aspecto clave porque genera mucha más visibilidad comercial y confianza al cliente que le va a permitir decantarse por un producto o servicio, máxime cuando nos encontramos con dos opciones en igualdad de precio: binomio calidad-precio como regla básica de consumo.
El principal referencial de excelencia en el sector es la marca Q de Calidad gestionada por el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) y que está visible en 1.557 establecimientos en toda España. La creciente evolución de este distintivo en Galicia que, a 31 de diciembre del 2017 contaba con 273 certificaciones, le ha llevado a ocupar el primer puesto en el ránking nacional, superando así por primera vez a la comunidad autónoma de Andalucía.
La certificación ISO 9001, el distintivo externo Galicia Calidade visible en más de 40 establecimientos turísticos gallegos, las más de 130 banderas azules en las playas y puertos deportivos gallegos, la aparición en la guía Michelin, entre otros ejemplos, sitúan a Galicia como una de las comunidades más activas en la implantación y certificación de la calidad en el sector turístico.