Juan Luis Arsuaga: «El gran reto de la ciencia es cómo vivir más años y con mejor calidad de vida»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

BARBANZA

Xoán A. Soler

«Los estudios de la longevidad parten del chimpancé y llegan a la actualidad», dice

08 jul 2022 . Actualizado a las 15:06 h.

«Hay que cambiar ideas muy extendidas, como la creencia de que, ya no en la prehistoria, sino en la Edad Media, las personas a los 40 años eran viejas. Eso no es así. O distinguir entre esperanza de vida y longevidad, que son conceptos muy diferentes», afirma el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, uno de los científicos de referencia de los yacimientos de Atapuerca. Ayer habló en la tribuna del Ateneo de Santiago sobre la paleodemografía, el estudio de los procesos de desarrollo y de envejecimiento.

-¿Cómo se ha prolongado la vida, se ganó longevidad?

-Es un campo de investigación abierto, que plantea problemas nuevos. Los más antiguos tenían una paleodemografía parecida a los chimpancés, en los que hay individuos que se aproximan a los 45 años, incluso conocí una hembra que había parido a los 40 años. Por eso, los estudios de la longevidad parten del chimpancé y llegan a la actualidad, para ver cómo se ha pasado de un punto a otro.

-¿Y cómo se ha pasado?

-En la prehistoria, pocos individuos superaban los 70 años. En la época de Altamira era muy difícil, y no hay tanta diferencia en eso en la Edad Media con respecto a la prehistoria. El gran cambio se produce sobre todo en la era industrial. Ahora mismo tenemos un potencial biológico heredado. Nuestra biología de la longevidad tiene poco que ver con aquel estilo de vida en el que era difícil superar los 70 años. Ahora tenemos la posibilidad de llegar más lejos, pero el cuerpo sufre una serie de procesos que lo deterioran, que hay que solucionar.

-¿Dónde están las soluciones?

-Ese es el gran reto de la ciencia: cómo vivir más años y con mejor calidad de vida.

-Hace años defendía que la evolución es un camino imprevisible, ¿lo mantiene ahora?

-Las leyes naturales de la evolución, las que regían hasta ahora, no tienen ningún objetivo, ni fin, ni propósito. Pueden variar su rumbo. Lo que más ha cambiado nuestro conocimiento en los últimos años ha sido que se ha secuenciado el genoma. Eso permite que podamos modificar nuestra biografía. Antes no sabíamos ni cuantos genes teníamos. Se pensaba que unos 100.000, más del triple, pues ahora sabemos que son menos de 30.000.

-En 1978 su maestro Emiliano Aguirre, gallego, inició los modernos estudios de Atapuerca, ¿cómo valora la obra de Aguirre?

-Es una figura histórica de la paleontología española. En el campo de la evolución humana es el más importante de la historia, el fundador.

-¿Qué resalta de las cuatro décadas?

-Atapuerca es el mayor proyecto que existe actualmente en el mundo sobre la evolución humana. Supone una revolución, un hito, su dimensión es mundial; es donde han aparecido más fósiles humanos. Por ejemplo, donde se ha hallado el ADN humano más antiguo, de más de 400.000 años. En investigación se ha formado mucha gente, y el legado que queda de las excavaciones, los datos sobre vida social, alimentación, ecología, física y otros son un tesoro, por lo que se ha descubierto ya, y que dará aún para futuras generaciones.

-¿Cuál es el fósil más relevante?

-No tengo preferencia por ninguno. Atapuerca registra la presencia y la evolución desde que hay humanidad en Europa, más de un millón de años. Los yacimientos que han proporcionado más fósiles han sido el Homo antecessor y la Sima de los huesos.

-¿Mantienen relación con Galicia?

-Investigadores de aquí ocupan posiciones relevantes, como María Martinón, directora del Centro Nacional de Investigaciones de Evolución Humana de Burgos. Atapuerca es una gran red internacional de investigadores, también de universidades gallegas o de la catedral de Santiago.

Juan Luis Arsuaga. Es catedrático de Paleontología de la Complutense. Fundó la Fundación Atapuerca.

Trayectoria. Pertenece al equipo de especialistas de Atapuerca galardonado en 1997 con el premio Príncipe de Asturias de Investigación. Autor de una amplia obra científica y de divulgación.