María Vilas da nombre a la piscina en la que forjó brazadas olímpicas

antón parada RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

MARCOS CREO

La nadadora ribeirense dedicó el homenaje a aquellos que la acompañaron desde el inicio

06 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«Es un orgullo. Es una placa significativa que reconoce todo el trabajo que llevas hecho, pero en realidad es más que eso. No es un reconocimiento para mí, sino a toda la gente que me ha acompañado desde pequeña: mis entrenadores, mi familia, mis compañeros», estas son algunas de las primeras palabras pronunciadas por la nadadora ribeirense María Vilas, al cruzar ayer el umbral del complejo deportivo de A Fieiteira. Instantes después, la olímpica en los juegos de Río de Janeiro del 2016 descubrió una placa conmemorativa con su nombre, el mismo que llevará para siempre la piscina municipal.

Nada más entrar en el que siempre será su segundo hogar, la sirena de Castiñeiras recibió el calor de la multitud de amigos, familiares y vecinos que se habían desplazado a presenciar el histórico acto. Lo hizo sin que le temblase el pulso, tal y como reconoció «no estoy nerviosa, estoy contenta de estar con mi gente de toda la vida», para desvelar cual es el primer pensamiento que le asalta cuando piensa en A Fieiteira: «Tengo un recuerdo especial, de cuando era una renacuaja y venía a entrenar los sábados a la hora de los mayores para ir con mi hermano. Desde las nueve de la mañana a las once y pico con todos los de aquella época y con Juan Carlos [Brión]».

Entretanto, el sonido de los gaiteiros devolvió a María Vilas al protocolo de un acto social que estuvo encabezado por el alcalde ribeirense, Manuel Ruiz Rivas; el presidente del Club Natación Ribeira, Julio Simarro; y el concejal de Deportes, Anxo Orellán. Este último fue el encargado de hacer las pertinentes presentaciones.

El acto

«Es un orgullo que María sea la embajadora del Club Natación Ribeira, nos hace sentir a todos un poco más importantes», indicó Simarro, para agradecerle que haya llevado el nombre de la entidad tan lejos, «al otro lado del charco», y tras agradecerle a su familia «haber forjado a una gran persona y atleta», deseó que siga siendo un referente y un modelo para la cantera del club.

«Simplemente é un acto de xustiza coa xente que tanto o merece e María Vilas é unha delas», expresó el regidor, quien aprovechó para hacer un recorrido por la trayectoria deportiva de esta, desde que era pequeña al sueño que completó con su participación en los Juegos Olímpicos o el título europeo conquistado.

Entonces llegó el momento, con unos ojos radiantes que buscaban velozmente a los suyos entre la muchedumbre, la olímpica tomó la palabra y se reiteró en su agradecimiento colectivo, echando la vista atrás, a los duros pero bellos comienzos. Junto al alcalde, ambos tiraron de la bandera gallega y descubrieron la placa.

Por otra parte, Vilas también comentó que está feliz de haber regresado a los entrenamientos después de un parón de dos años, tras su exigente participación en Río de Janeiro.

El regreso

«Es complicado porque estuve algo parada y físicamente cuesta un montón recuperarse. Adaptarse a la rutina también es complicado, pero estoy muy contenta y con más ganas que nunca».

Y aunque los primeros chapuzones hayan costado, la olímpica ya había contado con un año de transición vital en Alcobendas, disfrutando del deporte y bañándose en sonrisas. «También es genial volver al alto rendimiento, estar en Pontevedra entrenando con Luisa y Fernando y un grupo de pequeñas que me contagian su ilusión», anotó.

La leyenda local también precisó que este año no será una temporada en la que fijarse objetivos, sino que se trata de volver a coger el ritmo. No obstante, Vilas sí señaló que no se fija «ningún objetivo a lo grande, de momento no lo preciso, necesito coger forma y recuperarme al 100 %. El año que viene será el de los retos».