
La firma reunión en una cena a los trabajadores del restaurante de Boiro, del Sisal pobrense, del Torre de Xunqueiras y de la red de comedores
13 feb 2019 . Actualizado a las 08:54 h.Siempre son los que están detrás de la barra, atendiendo los fogones o sirviendo mesas mientras el resto de la gente se divierte, pero el pasado sábado los trabajadores del grupo Chicolino se convirtieron en los protagonistas de una fiesta que tuvo lugar en las instalaciones del restaurante boirense. Allí se dieron cita casi un centenar de personas, entre las que había empleados del propio negocio, así como la plantilla del Sisal pobrense, el equipo del Torre de Xunqueiras y los encargados de la red de comedores.
De anfitriones ejercieron Arturo Fajardo y su mujer, Mari Carmen Gómez, que estuvieron arropados por sus hijas, Carlota y Rebeca, y por las respectivas parejas de estas, Carlos Ozores y Ángel Maneiro. De lo que se trataba era de recompensar de alguna forma el esfuerzo que la plantilla hace a lo largo del año, pero sobre todo durante las fechas navideñas, cuando trabaja para el disfrute de los demás.
Pese a que algunos de los comensales tuvieron que encargarse también de servir las mesas, en esta ocasión lo hicieron derrochando alegría, conscientes de que también ellos gozarían de la fiesta. De hecho, Arturo Fajardo destacó el ambiente de cordialidad y diversión que reinó durante toda la velada.
Vuelta al trabajo
Esa celebración retrasada de la Navidad fue solo un paréntesis en la agenda del grupo de restauración boirense, que ya está inmerso en la preparación de las grandes citas que están a la vuelta de la esquina. Sin ir más lejos, este sábado la firma celebrará por todo lo alto el día de los enamorados y ya cuenta con casi medio millar de personas inscritas para una cena que incluirá baile. Aún quedan algunas entradas a la venta.
Y también se están vendiendo a buen ritmo las invitaciones para la fiesta de carnaval del 2 de marzo y eso que hace pocos días que se ofertan. Desde la dirección de Chicolino aseguraron que las cenas con baile atraen cada vez a un mayor número de personas, sobre todo en invierno, cuando la lluvia y el frío pueden chafar una noche de fiesta.