
A Cachada busca asentarse como una incubadora de talento que ya ha llevado una remesa de jugadores a la élite
10 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.En ocasiones, para un dar un paso adelante hace falta recular dos atrás, tomar impulso antes de alcanzar el objetivo. Esa es la metáfora que explica el papel que ha ejercido el Rotogal Boiro desde su asentamiento en Superliga 2 hace seis años. Los barbanzanos, que han convertido A Cachada en uno de los epicentros de este deporte en Galicia, ejercen también como trampolín a la élite.
El último caso que explica este devenir lo ejemplifica David López. El joven malagueño de 18 años, que había formado parte en Palencia de la concentración permanente de la selección española, recaló este verano en el Rotogal buscando minutos: «Me acogieron a la perfección. Toda la gente, no solo la que está metida en el club». Después de un solo curso, en el que logró números de escándalo, cuenta con ofertas de los principales equipos de primera división.
Sabe que tomará de nuevo las maletas, todavía desconoce el destino, aunque reconoce que Boiro ha sido un paso clave: «Quería crecer como jugador y aquí lo he logrado. He contado con mucha confianza y he compartido equipo con gente que sabe mucho de voleibol». Su buena actuación durante todo el año también le ha abierto las puertas de la selección española, que actualmente prepara la European League: «Veremos si estoy entre los elegidos para los partidos oficiales. Aquí también estoy mejorando. La calidad de los entrenamientos es altísima».
Pero el de David López no es el único caso de este estilo. Además del mítico Pablo Bugallo, el vigués Gabriel del Carmen ya siguió este camino. Después de una temporada en Boiro, en la que ayudó al equipo a pelear con los mejores de la competición regular, firmó por un club de Superliga y ahora es uno de los pilares de la selección absoluta.
«Creo que Boiro é un sitio no que se pode medrar. Hai outros clubs con máis potencial económico, nós nese eido non podemos competir, pero si en traballo diario e en darlles oportunidades aos que queiran decantarse por vir aquí». El que habla es Adrián Alves, jugador del Rotogal y técnico. Reconoce que el ir y venir de chavales es un problema, pero defiende que están orgullosos de ser ese trampolín que les permita lograr sus sueños.
Misma filosofía
«Gústanos apostar pola xente moza e para que encaixe é importante que se atope como na súa casa. Sabemos que David non vai seguir con nós, pero creemos que é importante que dea este paso cara adiante. Desexámoslle toda a sorte do mundo», reconoce Alves, quien revela que el equipo seguirá dando oportunidades a las nuevas camadas de jugadores que busquen llegar a lo más alto posible.
El pabellón de A Cachada, si ellos quieren, puede ser también su trampolín hacia el deporte profesional. Como lo fue para Bugallo, López y Del Carmen. Si ellos crecen, el Rotogal crecerá con ellos.