El sexo de los ángeles

José Vicente Domínguez
José Vicente Domínguez LATITUD 42°-34?, 8 N

BARBANZA

30 nov 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Allá por el año mil cuatrocientos y pico, los turcos estaban a las puertas de Bizancio, a punto de conquistar Constantinopla. Mientras, los sabios del lugar perdían el tiempo discutiendo sobre el sexo de los ángeles, tratando de descifrar el pasaje de la Biblia: «Vieron los hijos de Dios que las hijas de los hombres les venían bien y tomaron por mujeres a las que preferían». Un verdadero lío difícil de interpretar, pero que servía a los sabios de entonces para seguir discutiendo, aumentando su ego sin preocuparse de lo importante, que era la invasión de los turcos y la conquista de Constantinopla.

Y así parece estar sucediendo en los críticos momentos actuales. ¿Cuáles son esos críticos momentos? Un poquito de suspense…

Los tertulianos de ahora son el equivalente a los sabios de aquella: saben de filosofía, de teología y, naturalmente, de política. Y ¿de qué hablan? Pues del sexo de los ángeles. Sí; viven inmersos en los aconteceres secundarios sin preocuparse de lo realmente trascendental. Con su impostada retórica, quieren hacernos ver que lo importante es el sexo de los ángeles. Que lo importante es descubrir quiénes eran esas «hijas de los hombres que les venían bien» de las que habla el Génesis… Lo cual, traducido a nuestros días, significa que los tertulianos se dedican a hablar de Cataluña, de los populistas, de la extrema derecha, de separatistas y de constitucionalistas… Y se olvidan de que alguien está invadiendo nuestro planeta y que, dentro de menos de 30 años, si no le ponemos remedio, el mundo que conocemos le será recordado a los supervivientes por hemerotecas y documentos gráficos. Y alguien entonces se preguntará: ¿Qué hacían nuestros sabios tertulianos?… La respuesta no podrá ser otra más que «se estaban ocupando del sexo de los ángeles».

Así es, imperfectos tertulianos coetáneos humanos, estamos más preocupados de las conjeturas partidistas que de la ciencia. Damos más crédito a cuestiones transitorias y mudables del politiqueo que a una realidad contrastada. No somos capaces de pensar que si al cambio climático no le ponemos remedio, nos afectará para siempre. Así es, por mucho que se intente negar y cerrar los ojos. Y aunque logremos destapar los taparrabos que cubren las partes pudendas de los angelitos para ver cuál es su sexo, no lograremos parar el incremento de gases de efecto invernadero que, inexorablemente, nos llevan a un cambio radical para la supervivencia de los seres vivos de nuestro planeta.

Que sigan los tertulianos y los políticos con sus discusiones bizantinas, mientras el cambio climático, cual imparable turco, pronto empezará a cambiar nuestra forma de vida. No; no lo dice el Génesis, lo dice la ciencia, estúpidos.