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El turismo rural de Barbanza entra en la desescalada con un aluvión de reservas

Ana Lorenzo Fernández
Ana Lorenzo RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

En A Casa do Zuleiro llevan dos semanas recibiendo clientes
En A Casa do Zuleiro llevan dos semanas recibiendo clientes LAURA MARTELO

Los cambios en las restricciones llevan a los clientes a esperar a última hora para alquilar

08 mar 2021 . Actualizado a las 14:09 h.

«La desescalada ha empezado muy bien y que dure». Eso pide Lucinda Caamaño que regenta dos negocios de turismo rural en Outes -Casa do Zuleiro y Luz de Viro- y que se ha visto sorprendida por el aluvión de reservas, no solo para el fin de semana, sino también en los días laborables. Al igual que para sus compañeros del sector, han sido dos meses de parón, «en los que no entraba nada y todo eran facturas, pero parece que ahora todo vuelve a arrancar y la gente tiene ganas de salir y de disfrutar del aire libre».

«Las llamadas empiezan a llegar y para este fin de semana tenemos algo más del 70 % ocupado»

Aunque todavía existe mucha incertidumbre sobre cómo será la evolución epidemiológica en las próximas semanas y si se levantarán más restricciones, «las llamadas empiezan a llegar y para este fin de semana tenemos algo más del 70 % ocupado», reconocía Maricarmen Ferreirós de Aldea Os Muíños. Explica que lo que nota es que muchos esperan a escuchar las indicaciones de Sanidade para decidirse a alquilar, «y la gran mayoría de las reservas son de última hora. Además, el tiempo ha dado una tregua estos dos fines de semana y la gente tenía ganas de salir».

La empresaria rianxeira reconoce que no se esperaba tanto movimiento en tan pocos días, pero lo agradece, porque «esto no da si seguimos muchos meses a vueltas como hasta ahora y con tanta incertidumbre». Lo mismo opina José Manuel Sieira, gerente de O Lar do Mar, que el año pasado comenzó a dar sus primeros paso en el sector del turismo rural. Explica que han recibido muchas llamadas, incluso de gente que procedía de concellos que estaban cerrados y que no podían desplazarse hasta Carnota. «Les tuvimos que decir que no podían venir porque se metían en un problema», apunta.

 Un buen sabor de boca

Aunque con la pandemia de por medio, su experiencia del año pasado acabó siendo muy buena porque el verano lo tuvieron completo, y muchos de los clientes ya han anunciado que volverán este verano si pueden. «Por el momento estamos recibiendo algunas reservas para Semana Santa, pero todavía no sabemos qué va a pasar».

«Esto no da si seguimos muchos meses a vueltas como hasta ahora y con tanta incertidumbre»

Lucinda Caamaño cree si finalmente se cierran las fronteras y no se permite entrar en Galicia tendrán clientela igual porque, a la vista de lo sucedido estos días, cree que «la respuesta va a ser fantástica». Como experiencia tiene lo ocurrido el verano pasado, en el que tampoco hubo mucho movimientos desde otras comunidades, y se redujo totalmente las llegada de extranjeros, y con todo eso, «solo tuvimos un 10 % menos de facturación, y eso que estuvimos confinados».

Otro de los negocios que tampoco que puede quejar son las Cabañitas de Outes, puesto que el levantamiento de las restricciones ha permitido que vuelvan a convertirse en objeto de deseo de muchos gallegos, que este fin de semana completaron todas las habitaciones que se ofrecían.

Aunque esto solo sea un comienzo, desde el sector tienen las esperanzas puestas en que la Semana Santa ya permitirá recuperar algo de lo perdido.

Olga Formoso: «Xa teño completo para a ponte, Semana Santa e os meses de verán»

Realmente no se lo esperaba pero, al día siguiente de que la Xunta levantara las restricciones, ya había clientes alojados en su casa de turismo rural de Carnota. «Era unha familia de convivintes que estiveron encerrados nun piso e necesitaban coller aire, así que o sábado pasado xa tiven as primeiras reservas», explica Olga Formoso, que este fin de semana ha vuelto a repetir experiencia. En un principio pensaba que lo iba a tener complicado para arrancar después de dos meses casi parada y porque A Casa do Carpinteiro se ofrece para el alquiler completo de las instalaciones -con capacidad para 10 o 12 personas-.

«Eu penso que ao final todo isto vai ver moi ben para o sector do turismo e lle vai a afectar moi positivamente»

 «A verdade é que a cousa pinta ben. Eu xa teño todo completo para a ponte, Semana Santa e os meses de verán», apunta la empresaria carnotana, que también confiesa que muchos son clientes que vinieron el año pasado y que quieren volver a repetir la experiencia. Reconoce que, aunque la pandemia llevó a cancelar todas las reservas de turistas internacionales, ella no se puede quejar porque cerró el año con un importante volumen de clientes.

«Eu penso que ao final todo isto vai ver moi ben para o sector do turismo e lle vai a afectar moi positivamente. A xente despois de pasar tanto tempo encerrada quere pasear e busca espazos abertos e non masificados como os que se ofrecen aquí», apunta Olga Formoso. Ella espera que ahora que la situación epidemiológica ha mejorado comience el movimiento en todo el sector y se pueda alcanzar los registros que hubo en el 2020, que al final no resultó tan malo para su negocio.