Entre el partido y el pueblo

BARBANZA

17 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando un partido político gana las elecciones, tanto por mayoría como si no, tiene el derecho de presidir la corporación municipal, siempre que consiga los mismos o más concejales que los demás partidos. Y a partir de aquí, empieza lo más importante: gobernar en beneficio de todos.

Sin embargo, si un partido político gana las elecciones por mayoría, lo primero que hace es repartir los órganos de gobierno entre los concejales de su propio partido, como si los demás ciudadanos no tuviesen derecho a estar representados. Debe tenerse en cuenta que el partido más votado o incluso con mayoría, no siempre es el que reúne el mayor número de votos, pues así funciona el sistema electoral bajo la regla D’Hondt.

Entre los órganos obligatorios de la representación municipal, están aquellos que tienen por objeto el estudio, informe o consulta de los asuntos que han de ser sometidos a la decisión del Pleno, así como el seguimiento de la gestión del Alcalde, Junta de Gobierno Local y de los concejales que ostenten delegaciones. Y añade el artículo 20 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, que todos los grupos políticos integrantes de la corporación tendrán derecho a participar en dichos órganos, en proporción al número de concejales que tengan en el Pleno.

Uno de dichos órganos y posiblemente el que más relación directa puede tener con los ciudadanos - puesto que de su análisis parten las licencias municipales y las adjudicaciones de cualquier naturaleza —es la llamada Junta de Gobierno Local. Y en este punto, muchos nos preguntamos ¿por qué en esa Junta, aunque la Ley no lo obliga, no participan los concejales de todos los grupos políticos en función de su representatividad?—

Pocos son los ayuntamientos en los que se dé tal participación, y ninguno —que yo conozca— en los que el partido de gobierno goza de mayoría absoluta. ¿A qué se debe esa falta de participación? ¿Tal vez a que los grupos de la oposición que se niegan a participar o más bien al interés de quien dirige la batuta de los concellos para que todo se cueza en casa?

La Junta de Gobierno Local (JGL) es el órgano que, bajo la presidencia de la alcaldía, colabora de forma colegiada en la función de dirección política, ejerciendo funciones ejecutivas y administrativas, pero en ningún caso deben ser secretas o partidistas sino en beneficio del bien común de los ciudadanos. Por lo que sería interesante pulsar la opinión de las corporaciones municipales para que nos explicasen que hay detrás del «yo me lo guiso yo me lo como» de la mayoría de los gobiernos municipales.

Bajo mi modesto punto de vista, creo que la participación de todos los grupos políticos en la JGL, enriquecería el debate sobre las decisiones y evitaría los rifirrafes que inevitablemente se producen cuando tales decisiones llegan a los Plenos sin tiempo suficiente para su discusión y sosegada maduración. Y la mayoría ni llegan.