La xouba de Rianxo y el lirio de Ribeira, las últimas especies que consiguieron el distintivo
30 ene 2023 . Actualizado a las 19:33 h.El mar constituye el principal motor económico de Barbanza. La industria relacionada con este sector genera una parte importante de la riqueza de la comarca, pero también la pesca y el marisqueo en su primera fase, la venta directa de las capturas, tienen un peso fundamental. Por eso, desde diferentes frentes, se hacen esfuerzos para darle valor añadido a las especies punteras de cada zona. Tanto es así que, a día de hoy, hay media docena de marcas de calidad reconocidas.
Corría el año 1996 cuando se creaba la primera, Mexillón de Galicia, un sello que buscaba distinguir al oro negro de las rías y que arrancó con una campaña divulgativa que llegó a distintas ciudades españolas y que consiguió situar el molusco en las grandes superficies. Pero lo fundamental es que se fijó una tabla de precios para la venta del producto en fresco.
Hoy el Mexillón de Galicia está presente en el mercado nacional e internacional a través de más de un centenar de marcas autorizadas, que dan salida a la producción de unas tres mil bateas, más de la mitad ubicadas en la ría de Arousa. Ricardo Herbón, el presidente de Opmega, la organización de productores, se muestra convencido de que la obtención del distintivo marcó un antes y un después: «Garante a trazabilidade do produto e a súa autenticidade. Aínda hoxe hai mexillóns que se venden como se foran de aquí e non o son».
Pese a los logros obtenidos, Herbón señala que todavía queda mucho por hacer, sobre todo a nivel de promoción: «Temos que conseguir que ese valor engadido que ten o noso produto sexa trasladado ao mercado. Fanse necesarias campañas para divulgar o Mexillón de Galicia».
Quizás fue el éxito que cosechó esta marca el que impulsó a otras organizaciones marineras de la zona a seguir los pasos de los bateeiros. Así, en el 2014 irrumpía Polbo de Lonxa, una central de ventas articulada por seis cofradías de Barbanza y Costa da Morte que hoy siguen luchando para que el cefalópodo que capturan artesanalmente pueda ser perfectamente reconocible por el consumidor final. La venta en fresco se realiza en Muros y Lira, pero Pulponor distribuye el cefalópodo congelado y Fresco y del Mar lo comercializar a través de internet.
Sello para el rey de Noia
En el 2017 fue la cofradía de Noia la que apostó por un distintivo para su producto estrella, el berberecho. Desde el pósito explican que la marca de calidad fue determinante para poner en valor el producto y ampliar el mercado: «As conserveiras tamén o demandaban, xa que no mercado hai moito berberecho de importación que se vende como se fora galego», apuntaba el secretario de la entidad, Adelo Freire.
Ahora hay más de una treintena de firmas, entre conserveras y depuradoras, que están adheridas a una marca que está plenamente consolidada y se encuentra en fase de divulgación y puesta en valor.
Posteriormente, en el 2018, fueron los pescadores de Portosín los que decidieron poner en valor sus principales capturas: el jurel, la sardina y la caballa. Idearon la marca Azul de Portosín, que se dio a conocer con degustaciones y jornadas que contribuyeron a divulgar unas especies que vieron notablemente incrementada su demanda.
Hace menos de un año, la cofradía rianxeira se animó a dar el salto, registrando una marca de calidad para su xouba capturada con el arte del xeito. El pósito elaboró el reglamento pertinente y mantuvo los primeros encuentros con empresas, sobre todo del sector conservero, pero el objetivo es que el sello entre en circulación de cara a la próxima temporada, a partir de junio.
«A idea é que se revalorice o produto e que o consumidor saiba se está comendo ou non xouba de Rianxo», explicó el patrón mayor, Miguel Ángel Iglesias. Añadió que el distintivo aglutinará a las 420 embarcaciones xeiteiras existentes en el municipio.
El Lirio de Ribeira fue la última especie que se incorporó, el pasado mes de diciembre, a la selecta lista . La marca fue impulsada por la Cooperativa del Mar Santa Eugenia, que situó la revalorización del producto, fijando una tabla de precios y emprendiendo campañas de divulgación, como el principal objetivo.