David Chipperfield, entre el relax y el trabajo en su «santuario» de Corrubedo

BARBANZA

El arquitecto británico regresó a Galicia tras recibir el prestigioso premio Pritzker: «No hay desconexión, he venido a trabajar»
14 may 2023 . Actualizado a las 21:29 h.No debe temblar la voz a la hora de decir que Galicia es un lugar que enamora a propios y a extraños. El clima, la gente y la costa, entre otros innumerables aspectos, son capaces de prendar a cualquiera, incluso a las mayores eminencias del mundo. David Chipperfield es una de ellas. El británico, uno de los gurús de la arquitectura a nivel mundial, conoció Galicia en 1992 y desde aquel entonces sus caminos jamás volvieron a separarse.
El pequeño pueblo costero de Corrubedo fue el que cameló el corazón y la vena artística de Chipperfield, un lugar privilegiado que el británico ha convertido en su santuario. Como un paisano más, el flamante premio Pritzker —galardón de arquitectura de más prestigio a nivel mundial— acudió este fin de semana a su cita con la localidad entre el relax y las ocupaciones que atañen ser uno de los artistas más influyentes del mundo.

Sentado en la terraza del bar do Porto, que él mismo reabrió en el año 2020, Chipperfield disfrutaba de una mañana de sábado en familia entre numerosas llamadas telefónicas. Al finalizar una de ellas, y asaltado, como tantas otras veces, por el informador, el británico se presta encantado para unas fotografías en las que posa delante de su bar.
Una vez culminada la improvisada sesión, vuelve a su asiento entre las risas de sus hijas, conscientes de que tendrán que servir de traductoras después de una rápida negociación encubierta, porque aunque acompañado de su naturalidad y pura sonrisa, el talento de Chipperfield traspasa fronteras e idiomas: «No hay desconexión, he venido a trabajar. Voy a Santiago de Compostela para desarrollar proyectos y colaborar con la Fundación RIA», explicó ante la atenta mirada de sus compañeras de café, que constataban que el descanso absoluto no existe para el británico ni en un paraje tan propicio como Corrubedo.
Pese a su ajetreada agenda cargada de reuniones, nuevas ideas y viajes alrededor de todo el globo, esta no es la primera vez que el arquitecto visita a Galicia desde que recibiese el Pritker el pasado mes de marzo. De hecho, a los pocos días del reconocimiento, Chipperfield realizó una parada exprés en la localidad ribeirense «para sacarse unas fotos», explican entre risas sus familiares que lo acompañaban, antes de que el artista hiciese un receso en su descanso para realizar unas gestiones.
Nuevos proyectos
Una mente capaz de crear obras de tanto nivel como el Neues Museum de Berlín, la Ciudad de la Justicia de Barcelona o la galería Hepworth en Wakefield en ningún momento se detiene. A lo largo de los años, Corrubedo, su hogar en Galicia, ha sido un privilegiado lienzo en el que el británico ha plasmado toda su creatividad.
Desde la restauración del bar do Porto —popularmente conocido como el bar de Chippi—, pasando por su propia casa de vacaciones, y hasta la escultura del artista Antony Gornley que Chipperfield donó al Concello, el poso del arquitecto ha extendido el nombre de la localidad por todo el planeta. «No hay proyectos nuevos para Corrubedo», adelantó el británico mientras ultimaba el último sorbo de su café, con un tono en el que se puede entender que hay ideas en la recámara.

Fuera ya de su figura como arquitecto, David Chipperfield se ha convertido en un vecino más de la localidad ribeirense. Alejado del foco mediático en su pequeño rincón en Galicia, los saludos se suceden con los corrubedanos, que lo tratan como lo que es, un paisano más. Desde la apertura de su negocio hostelero es habitual verlo disfrutando de un café acompañado de sus seres queridos en el centro de la localidad, al igual que haciendo la compra en el comercio, siempre apostando por el producto local, tal y como explican vecinos de la zona.
La barrera del idioma no limita la actividad del británico en el pequeño paraíso marinero de Corrubedo. «Muy abierto» y «sociable», son los calificativos que más se repiten entre los vecinos a la hora de describir a la figura de Chipperfield más allá de su exitosa trayectoria en la arquitectura.
Después de tres días en Galicia, en donde no ha tenido tiempo de practicar la navegación, otra de sus grandes pasiones, el arquitecto hará las maletas para continuar con su actividad y seguir desarrollando nuevos proyectos. David Chipperfield, todo un adelantado a su tiempo que deja huella allá por donde pasa, y no solo por sus impresionantes edificaciones.