Albañiles

Carlos H. Fernández Coto
Carlos H. Fernández Coto SECCIÓN ÁUREA

BARBANZA

Albañiles
Albañiles

05 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Nuestra sociedad, al contrario de otras, va dando bandazos en todos los ámbitos sociales y somos de pasar de un extremo al otro sin pararnos en el centro. Cuando yo era joven, los que «no servían para estudiar» se ponían a trabajar de albañiles. Es un trabajo duro, y en otras épocas, mal remunerado, pero fue así como se transmitió el conocimiento constructivo durante muchos años.

Solo aprendiendo desde pequeño un oficio —muchas veces ejerciendo de simple pinche y cobrando cuatro duros— es como se va formando un profesional, y gracias a eso, los que emigraron fueron siempre muy bien considerados, porque había una formación práctica detrás.

Pese a las condiciones, todos han sacado una familia adelante y han vivido dignamente. Eran años en los que había valores como el esfuerzo, el sacrificio, la autoridad o el trabajo como medio de vida, años en los que no cabía lo de quedarse a vivir con los padres, sin trabajar ni estudiar.

Ya llevamos muchos años en los que los progenitores —que pertenecen a otra generación— meten a sus hijos en cajitas de cristal, les cumplen todos los antojos, compran compulsivamente objetos materiales para ellos y no les implican en el valor del trabajo.

Ya no quedan apenas albañiles, y de los que hay todos superan los 50 años, no hay relevo generacional ni transmisión del oficio. Apenas algunos lo intentan, pero duran menos de una semana en la obra, y están más pendientes del móvil que del tajo. No es un problema menor. Sin albañiles, ¿quién va a reformar o construir nuestros hogares? ¿vamos a depender de las multinacionales del bricolaje?