Lucía Rodríguez, escritora: «Ler literatura erótica é unha forma de apoio moral entre mulleres»

La sexualidad femenina siempre ha sido una especie de campo de minas que nadie quería cruzar. Desde el tradicionalismo de la Iglesia católica que, sobre todo en el pasado, buscaba formar mujeres que llegasen vírgenes y, por lo tanto, inexpertas al matrimonio, hasta las miradas juiciosas de todas aquellas personas a las que les parece de mal gusto subir a la palestra temas como la menstruación o la menopausia, todo ha sido ir superando las barreras de lo supuestamente correcto.

Desde que estalló el fenómeno de 50 sombras de Grey han sido muchas las editoriales que se han interesado en buscar grandes firmas que quieran lanzar libros eróticos, por el contrario, no son tantas aquellas que apuestan por autoras emergentes como Lucía Rodríguez, una lousamiana a la que las puertas del mundo de la escritura se le abrieron tras presentarse al concurso de microrrelatos Sensaciones y Sentidos: «A miña historia foi incluída no libro colaborativo Al ritmo que marquen tus caricias».

Hasta aquí todo bastante normal, aunque la sorpresa mayúscula llegó cuando la barbanzana recibió la noticia de que debido al buen número de ventas que había alcanzado por su cuenta, la editorial Diversidad Literaria quería ofrecerle un contrato individual y pedirle que diese vida a una segunda obra, esta vez de gran formato. «Foi algo totalmente inesperado, tardei semanas en aterrar e darme conta de que non era un soño, de que era verdade», explica.

Resalta que esta oportunidad de lanzarse en solitario a por los lectores es algo que le produce especial ilusión y que, si pudiera, viviría al 100 % de la escritura, una pasión que compagina con su trabajo en una gran fábrica: «Sempre foi unha burbulla na que podía meterme e escapar dos problemas do día a día».

Empatizar de verdad

Esa manera de evadirse de los episodios más dolorosos de su vida, entre los que figura la pérdida de su padre el año pasado, la ha llevado a crear extensos mundos imaginarios en los que las vivencias comunes actúan como un pegamento entre ella y la gente que adquiere sus libros: «Ler literatura erótica é unha forma de apoio moral entre as mulleres».

Piensa que en una sociedad en la que el deseo femenino es un tabú y en la que todo aquello que sucede en el dormitorio tiene que quedar como metido bajo una alfombra invisible, es crucial que jóvenes y adultas tengan un espejo en el que mirarse y pensar «menos mal que non son a única á que lle pasan estas cousas».

Por eso su primera obra está basada en una trabajadora de treinta y pocos años a la que la vida le da un vuelco cuando descubre que su marido lleva meses teniendo una amante y metiéndola en casa cuando ella está fuera: «Fíxeno así porque é algo que lle pode pasar a calquera».

Aunque la autora no quiere dar muchas pistas sobre la sinopsis, añade que a partir de ese momento, el personaje pasa por una serie de vaivenes emocionales y judiciales que la llevan a conocer a otro hombre con el que hacer todas aquellas cosas de las que ya no disfrutaba con su esposo.

La segunda obra, de la que aún no se sabe el título, seguirá una tónica similar, es decir, utilizará elementos verosímiles para construir una historia en la que muchas chicas podrían verse reflejadas a lo largo de su vida.

La trama, de la que la escritora tampoco quiere dar muchos detalles, se desarrolla en la casa de una pareja de extranjeros que se muda a España. Con el paso del tiempo, ella irá descubriendo la verdadera personalidad de su novio, un maltratador y narcisista que lo único que hace es aprovecharse de las mujeres. La lousamiana prevé que salga a la venta después del período navideño. 

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