Faltan diez minutos para las 17.00 horas, poco a poco se acercan los fieles para asistir a la cabalgata de los Reyes Magos. Fue una mala decisión. Al pronto Israel atacó el templo y sus aledaños en Belén, muchos murieron. Los heridos lloraban a Jesús y a los muertos. La falta de hospitales, destruidos previamente, agudizaron el dolor y aumentaron el número de cadáveres. Los sobrevivientes van de un lugar a otro tratando de protegerse de las bombas. Por doquier destrucción y muerte.. Este año no luce el belén, ni el árbol de Navidad, dejaron su lugar al martirio de dolor y sufrimiento de tanto niño inocente. Dos mil años después de la crucifixión de Jesucristo los sionistas siguen persiguiendo a los palestinos, sustituyendo a Herodes sin tal menester. Antes con el apoyo del Imperio Romano, ahora con la ayuda de los norteamericanos, todo sigue igual. Siguen matando gente en nombre de un Dios vengativo. Este gobierno israelí es genocida. Es intolerable, en términos democráticos, que el Ayuntamiento de Madrid les conceda la medalla de oro en honor a tal masacre. El mundo tiene que levantarse y mirar a Palestina. La izquierda ha muerto en Gaza al decidir mirar para otro lado y seguir armando al gobierno. Este año la Navidad vuelve a tener sentido. No son los regalos ni los villancicos, simplemente se trata de sentir el dolor de esa pobre gente. Da igual seas cristiano musulmán o ateo, no renuncies a llorar. Ante tanta masacre, objetivo típico de un gobierno genocida hitleriano: destruir a los gazatíes como parte de un grupo nacional racial y étnico palestino para sustituirlos por un parque temático.