Más de cuatro millones de españoles tenemos discapacidad en uno u otro grado. El Parlamento modificó el artículo 49 de la Constitución y sustituyó la palabra disminuido por discapacitado. Fueron necesarios 46 años y el empuje indesmallable de los discapacitados como primer paso para el reconocimiento de sus derechos. Yo estoy a la espera de amnistía por parte de todos los gobiernos democráticos. Desde Felipe González hasta Rajoy mostraron mas interés por defender a los jueces y a los bancos. No tuvieron tiempo para dedicar un minuto de su gobierno a atender a los afectados de la polio, de la talidomida, del aceite de colza. Ni un centavo, ni una sonrisa, ni un reconocimiento a los más de veinte mil niños, yo incluido ,afectados por la negativa del gobierno de Franco a comprar vacunas de la polio porque le sonaba su nombre a comunismo.
La mala memoria no es un mal solo del presente, es universal, sirve al descargo de culpa y de conciencia de sus protagonistas: nadie tuvo culpa porque nadie apretó ningún botón. Éramos, aún somos, menos que nada, un grupo en extinción al que se pretende calmar toda una vida de calamidades, marginación social y abandono a su suerte por un tardío cambio de nombre. Algunos salimos adelante gracias a los esfuerzos económicos de la familia. Otros, la mayoría, fueron desalojados de sus derechos como personas y arrinconados en el desván de marginados y olvidados. No esperamos nada, pero tampoco la poca vergüenza cívica de compensarnos con un diploma en memoria de nuestro sacrificio. Ellos, los políticos, no quieren diplomas, prefieren dinero en efectivo o cargos bien remunerados, para ellos el diploma, para nosotros ni siquiera un Plan Nacional de Integración que reconozca el derecho al disfrute de una rehabilitación continua para nuestras deterioradas extremidades. Por si no lo saben, en 2012 la Organización Mundial de la Salud reconoció el rebote de la enfermedad una vez pasados treinta o cuarenta años en los afectados por la polio. En España nada se hizo, aún sigue faltando en la Constitución la palabra justicia social.