La sombra del narcotráfico vuelve a poner a Boiro en el ojo del huracán con la caída de una nueva banda

BARBANZA

Cinco vecinos han sido detenidos en el marco de la trama del Nuevo Furuno, embarcación que escondía en su interior 1.400 kilos de cocaína
30 ene 2024 . Actualizado a las 15:41 h.A pocas lacras más poderosas que el narcotráfico ha hecho frente la sociedad gallega. La evolución de los clanes del contrabando de tabaco hacia la venta de droga allá por los años 80 fue un peligroso precedente que todavía perdura, y de qué manera. La ría de Arousa fue desde el principio una de las zonas calientes para el desembarco. Era habitual observar vehículos haciendo luces durante las noches indicando que no habían moros en la costa y que era seguro introducir la droga desde el mar. Aunque los tiempos han cambiado y las fuerzas del orden han propinado golpes durísimos al negocio, el narcotráfico continúa presente a pie de calle.
La aparición en el mes de agosto de 1.400 kilos de cocaína ocultos en las bodegas del barco Nuevo Furuno, en Camariñas, hizo saltar todas las alarmas en la Costa da Morte. Pese a esto, las miradas de la Policía Nacional se dirigieron desde un primer momento algo más hacia el sur.
Para los investigadores, Boiro es uno de los puntos fundamentales en esta trama, y por ello más de la mitad de las detenciones que se han producido en el marco de la operación son de vecinos del municipio. Lejos de las redadas a pequeña escala típicas en la comarca en las que se producen reducidos decomisos y detenciones de traficantes con poco poder logístico, el alijo del Nuevo Furuno destapó una banda capaz de intentar introducir en España cocaína por valor de 24 millones de euros.
Por ahora, los principales protagonistas de la trama, aunque para los investigadores no son las cabezas pensantes que la urdieron, son los boirenses Brais Mariño, de 27 años, y Luis Alfredo Yáñez, de 32. Ambos fueron detenidos por presuntamente tener vinculación directa con el alijo, ya que el primero estaba en el palangrero en el momento en el que se inició la intervención policial y el segundo es el propietario del barco.
Yáñez estuvo huido de la justicia durante meses, aunque, según vecinos del municipio, no se molestó demasiado en ocultarse. Fue visto en numerosas ocasiones en Boiro ataviado con una peluca, hasta que a finales de noviembre las fuerzas del orden le pusieron los grilletes en una vivienda del casco urbano.
Con ambos ya en prisión preventiva, los investigadores no quitaron el ojo de la localidad barbanzana convencidos de que Mariño y Yáñez no trabajaban solos desde Camariñas. Agentes de paisano desplegados por las calles observaban con lupa el comportamiento de varios vecinos que tenían en el punto de mira hasta que, finalmente, tuvo lugar el segundo golpe.
Redada en la localidad
El 23 de enero, agentes de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) y del Grupo de Respuesta Especial para el Crimen Organizado (Greco) Galicia arrestaron a, supuestamente, tres personas más en Boiro a las que relacionan con el Nuevo Furuno. Al mismo tiempo, se produjeron otras cuatro detenciones en Madrid y Portugalete (Vizcaya).
Dos de los boirenses arrestados serían familia y naturales de la parroquia de Santiago de Lampón, aunque establecidos en el casco urbano. El otro es de Cespón y habría estado vinculado en el pasado al negocio de la hostelería.
Las fuerzas del orden consideran que colaboraron en la gestación de la descarga frustrada en Camariñas, aunque el posible grado de implicación de cada uno no ha trascendido. Al menos dos de ellos fueron enviados a prisión por la titular del juzgado número 2 de Corcubión, que instruye el caso.
La disolución de esta presunta organización criminal —de la que todavía está por ver si caen más integrantes— ha vuelto a poner el foco de la lucha contra el narcotráfico en Boiro, que desde el año 2009 no vivía una operación antidroga de semejante magnitud.