Manuel Meléndez, teniente de Tráfico en Santiago: «Hemos sacado de la carretera a mucha gente que era un serio peligro»
BARBANZA
El burgalés abandona la capital de Galicia 30 años después de llegar a la comunidad
02 abr 2024 . Actualizado a las 12:36 h.Manuel Julio Meléndez (Burgos, 1970) asumió su primer destino como guardia civil en Galicia con 23 años. Después de tres décadas y tras pasar por Silleda, Verín, Lugo y Santiago, abandona su cargo como teniente jefe del destacamento de Tráfico en la capital. Su próxima parada serán las islas Canarias, en donde tomará las riendas de la demarcación de La Palma. Meléndez analiza su paso por Galicia con la voz de quien sabe que la morriña por una tierra que se ha convertido en su segunda casa no tardará en aparecer.
—¿Cómo ha cambiado el servicio desde su llegada a Santiago en el 2017?
—Sustancialmente no se ha modificado mucho. Cuando llegué me encontré un equipo que ya tenía una forma de trabajar hecha. Eso sí, lo más relevante ha sido la evolución de nuestros operativos. Se han multiplicado y, lo más reciente, es que la mayor parte de ellos son dinámicos para luchar contra los avisos en redes sociales que alertan de nuestra posición.
—¿Qué es lo mejor que se lleva de su etapa en la capital?
—El grupo. Los recursos humanos son lo más importante. Una unidad puede tener los mejores coches, las mejores motos o los mejores etilómetros. Lo que se quiera, pero sin gente dispuesta a manejar el material con responsabilidad es como si no se tuviese nada. También es bonito participar en operativos que se desarrollan habitualmente en Santiago como grandes eventos, visitas de miembros de la Casa Real o del presidente del Gobierno. Todas ellas requieren una movilización importante de recursos y suelen salir servicios buenos.
—¿Y lo peor?
—Las muertes. Me gusta conocer los fallecimientos que se han producido en mi demarcación. Echo la vista atrás, analizo los mapas y veo como la oscilación de fallecidos a través de los años no ha sido muy significativa y cuando sí ha ocurrido tuvo que ver con motivos ajenos como la pandemia. Me quedo con que nuestros esfuerzos han ido a más con el tiempo y que hemos logrado sacar de la carretera a mucha gente que era un serio peligro.
—¿Necesita más efectivos el destacamento?
—Yo creo que no. Los cambios en nuestras jornadas de trabajo y otro tipo de organización en los turnos han supuesto un beneficio en el día a día. Eso sí, nunca sobra gente. Dudo que algún colectivo de la Administración diga que tienen demasiados trabajadores y en caso de que sea así, ahí hay una mala distribución. Todo esto va con cargo al erario público y debe hacerse un uso eficiente de los recursos.
—¿Qué consejo cree que podría darle a su futuro sustituto?
—Todavía no se conoce quién será porque tiene que salir la vacante a concurso, pero no necesitará de mis consejos. Va a tratar con un equipo muy veterano y que conoce a la perfección la demarcación. Sabe cuáles son las costumbres de los conductores de la zona y eso siempre es una ventaja. El grupo lleva una gran cantidad de lecciones aprendidas. Por el resto le diría que es un área preciosa tanto en verano como en invierno. Las carreteras en líneas generales no son malas y hay multitud de eventos que son muy interesantes desde el punto de vista profesional. Se aprende a diario y se prestan servicios muy característicos.
«Desdoblar el corredor de Noia sería un avance»
Pocos agentes conocen las carreteras del destacamento de Tráfico en Santiago —con influencia sobre Barbanza— tan bien como Manuel Julio Meléndez. Amparado en sus tres décadas de experiencia en la Guardia Civil, lleva la seguridad ciudadana y vial corriendo por las venas.
—¿Cuáles son las zonas más peligrosas de la demarcación?
—Pues donde hay más cantidad de gente concentrada. Donde se mueven las personas, es donde suceden los accidentes, aunque suene obvio. Santiago y su área, la zona de la costa en Boiro, Ribeira o A Pobra; y el área opuesta, en Arzúa y Melide, son lugares en los que es habitual que se registren siniestros viales.
—Entonces, ¿sería conveniente la creación de un grupo de Tráfico fijo en Barbanza?
—Tengo entendido que hace años se valoró esa posibilidad. Si ese proyecto no salió adelante antes de que estuviese construida la AG-11, ahora no tiene sentido. Las unidades de Tráfico son mucho más operativas. Cuando la autovía de Barbanza no estaba desdoblada se tardaba más de una hora en llegar desde Santiago y a Ribeira, pero eso ha cambiado. Además, vigilamos las áreas con patrullas móviles a todas horas.
—¿Qué infracciones son las que más cometen los conductores de su área de acción?
—Nuestros caballos de batalla son siempre los mismos. Luchamos contra la conducción bajo los efectos del alcohol y otras drogas, la velocidad y las distracciones. En los últimos años hemos puesto énfasis en el uso del móvil al volante. Es un aparato muy útil, pero usado de forma responsable. Si miras el móvil dejas de mirar la carretera y eso es una temeridad.
—Otro tema es el cinturón, ¿influye en los conductores que existan grandes poblaciones a escasos kilómetros?
—Por supuesto. Además, nos llama la atención que el año pasado más de la mitad de muertes en carretera fueron de personas que no usaban el cinturón. No llevarlo aumenta en un 1.300 % la posibilidad de fallecer en un accidente. Me sorprende que haya que recordar que es obligatorio.
—¿Qué opina del desdoblamiento del corredor que conecta Noia con Brión?
—Sin ninguna duda desdoblar el corredor de Noia sería un avance en seguridad vial. Es una vía peligrosa, empezando por el nombre. Es un completo desacierto llamarlo corredor, porque no es para correr. Esa carretera ha demostrado que es lo suficientemente peligrosa para ser desdoblada, lo que traería ventajas en términos de seguridad. Solo hay que ver como va los domingos por la tarde para saber que circulan muchos vehículos por ella. Es una gran obra, pero en varias zonas la vía ya está preparada.