La capilla de A Mercé en A Pobra sufre el robo de una cruz bañada en plata

Christopher Rodríguez
Christopher Rodríguez RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Carmela Queijeiro

Los ladrones accedieron al templo subiéndose a un contenedor de basura y rompiendo una ventana lanzándole una piedra

05 ago 2024 . Actualizado a las 21:16 h.

La capilla de A Nosa Señora da Mercé, en A Pobra do Caramiñal, ha sido objeto de un robo. Unos ladrones accedieron durante la madrugada del martes al templo, sustrayendo una cruz bañada en plata utilizada para presidir las procesiones que se celebran en la parroquia.

Los infractores accedieron al templo subiéndose a un contenedor de basura y rompiendo una ventana lanzándole una piedra para poder abrirla utilizando el mecanismo desde dentro. Una vez en el interior fueron directamente a por la cruz bañada en plata, aunque no sin antes romper diversos efectos del templo, como las vinagreras que se utilizan en las homilías.

El sacristán de la parroquia de San Isidro de Posmarcos, Manolo González, se mostró sorprendido por la forma de proceder de los ladrones, ya que los destrozos no se tradujeron en robos de otros objetos de valor: «Os danos teñen máis que ver co que romperon que co propio roubo. Non abriron o sagrario nin nada. Cartos non había porque a última misa que houbo aquí foi a da Mercé, no mes de setembro».

La Guardia Civil del puesto de Boiro recibió la denuncia de lo ocurrido por la mañana, y asumirá la investigación de los hechos. El mes pasado tuvo lugar un robo similar en la iglesia de San Andrés de Cures, en Boiro. En esa ocasión los ladrones sustrajeron seis cadenas de oro que adornaban imágenes de la Virgen. La investigación no descarta la relación entre ambos sucesos.

Este no es el primer allanamiento que sufren el patrimonio cristiano de la parroquia de San Isidro. Uno de los últimos tuvo lugar en el 2020, en pleno confinamiento, cuando unos ladrones sustrajeron la imagen de la virgen del crucero de la capeliña de Cruceiro Novo. Dicha figura, conformada por una virgen con el niño en su regazo, se encontraba incrustada en un cruceiro que data del siglo XVIII.

Antes de esto, en el año 2013, otros individuos robaron joyas y profanaron el sagrario de la iglesia de San Isidro. En esa ocasión los ladrones se apropiaron de dos medallas de oro y una de plata, unos pendientes y una pulsera de oro que habían sido cedidas por los fieles para adornar varias figuras. En el mismo templo también robaron en el 2012. Los autores del allanamiento se centraron en la recaudación de los cepillos, que en aquel tiempo todavía se guardaba en la sacristía.