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El pintor que cambió Colombia por A Pobra tras descubrir la localidad en Google Maps

María Xosé Blanco Giráldez
m. x. blanco RIBEIRA / LA VOZ

BARBANZA

Andrés Bernal y Paola González
Andrés Bernal y Paola González MARCOS CREO

Andrés Bernal huyó con su mujer de un país sumido en la violencia y ahora trata de abrirse camino como retratista en su nuevo hogar

23 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Muy negro tiene que ver el panorama una persona para dejar atrás toda su vida e irse a vivir a un lugar elegido al azar. Andrés Bernal y su mujer, Paola González, lo hicieron hace un par de años. La pareja optó por huir de la violencia y el descontrol reinante en Colombia y se decantó por poner rumbo a la villa pobrense tras quedar impresionados por las fotografías que descubrieron en Google Maps. Llegaron con la idea de probar suerte, pero ahora ya están establecidos con su hijo Santiago, de 9 años, y tratan de abrirse camino a nivel profesional. Él como pintor especializado en retratos. De hecho, exhibe una colección en el bar Amanitas, que se completa con una serie de fotografías de paisajes realizadas por su esposa.

En Colombia, ambos trabajaban en el mundo del periodismo, un oficio arriesgado teniendo en cuenta la situación política y social del país. «Allí están normalizadas las conductas violentas, el crimen y la ilegalidad. Es como estar dentro de una olla hirviendo», explica Andrés Bernal. Sobre todo ellos, debido a su profesión: «Estábamos investigando la aparición de personas descuartizadas donde nosotros vivíamos, vinculadas a grupos mafiosos». Por eso cuando llegaron a A Pobra, quedaron impactados, no solo por el paisaje, sino también por el ambiente tranquilo: «Aquí hay calma, se prioriza el bienestar de las personas y la vida en comunidad. Este ambiente ayuda mucho, sobre todo cuando tienes un hijo».

La adaptación, claro está, no fue fácil, sobre todo porque Andrés y su mujer ni siquiera sabían de la existencia del gallego: «Nos decantamos por España para evitar la barrera del idioma». Sin embargo ahora, apunta hacia la alimentación y el clima como los grandes contrastes que se han encontrado, aunque no insalvables: «Estamos muy agradecidos de haber llegado aquí. El cambio social y cultural fue grande, pero para bien, positivo».

Pasión por el arte

Los dos siguen dedicados a su profesión desde la distancia, teletrabajando para medios de Colombia, pero Andrés Bernal se ha marcado como objetivo abrirse camino como artista. Ya pintaba cuando vivía al otro lado del océano Atlántico, pero allí las posibilidades de ganarse el pan con este oficio eran inexistentes. Aquí ve más opciones y ya ha empezado a hacer retratos, que son su fuerte: «Siempre me gustó observar a las personas, pues suelo encontrar en ellas elementos que me atrapan, como la mirada, la nariz, los ojos...». Pero le parecía tan complicado plasmar rostros en un lienzo, que conseguirlo se convirtió en una obsesión: «Empecé pintando manzanas, mesas... cosas que me parecían fáciles. Luego probé con algún retrato y ya fue poco a poco tratando de perfeccionar».

Con sus obras, Andrés Bernal busca reflejar la trascendencia de las personas: «Me genera inquietud el hecho de conseguir que la memoria de la gente permanezca después de su muerte, algo que se consigue a través de las imágenes». También ansía inmortalizar momentos inolvidables, por eso tiene algunos cuadros de su hijo y aspira a darle forma algún día a un autorretrato.

Esta particular forma de ver la pintura ha llevado al nuevo pobrense a emprender un proyecto de colaboración con el centro de día de la localidad, consistente en hacer una colección de retratos de los usuarios. «Fui criado por mi abuela y también me especialicé en la tercera edad durante el bachillerato. Todo ello me llevó a querer hacer obras sobre la vejez, pues pienso que es una etapa de la vida importante y merece un reconocimiento», explica.

Primero presentó la iniciativa al Concello de A Pobra y luego, al centro de día, desde donde vieron con buenos ojos el proyecto, al que Andrés Bernal ha empezado ya a darle forma: «De lo que se trata es de hacer una serie de fotografías de cada usuario, elegir luego la mejor y, a partir de ella, confeccionar el retrato». El resultado de este proceso estará a disposición de los pobrense hacia el verano, pues el artista confía en tener lista la exposición de cara a los meses de julio o agosto.