Adrián León, el joven con altas capacidades y TDAH que escribió un libro en cinco noches: «Tuve un torrente de ideas»

Laura Ríos
Laura Ríos RIBEIRA

BARBANZA

Adrián León, durante una entrevista en Radio Voz para presentar su obra a los oyentes.
Adrián León, durante una entrevista en Radio Voz para presentar su obra a los oyentes. CEDIDA

El joven presentará este viernes en Noia su novela «Memorias de un niño entre niños», en la que habla del acoso escolar que sufrió cuando era pequeño

28 jun 2024 . Actualizado a las 13:42 h.

No tiene que haber un motivo determinado para que un grupo de pequeños decida cual de ellos es el diferente, cual merece sufrir por el hecho de ser como es. Pueden ser unas gafas, un chándal de los colores que no están a la moda o cualquier otra característica la que haga saltar la liebre del maltrato sin que la víctima pueda hacer nada.

Para luchar contra este tipo de comportamientos, que a día de hoy siguen dominando colegios e institutos, el coruñés Adrián León publicó hace poco Memorias de un niño entre niños. Él sabe bien lo que es sentirse la oveja descarriada del rebaño, ya que es una persona con altas capacidades y Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Quizás estas fueron las razones —si es que se les puede llamar así— por las que sus compañeros le convirtieron en blanco de burlas durante años.

Ahora el chico tiene 18 años y ha decidido, mediante su segunda obra publicada, contar buena parte de su experiencia a través de un personaje infantil al que escogió llamar Pablo. Esta decisión no fue baladí, pues se trata de un nombre bastante común que puede dar pie a que mucha gente se sienta identificada.

Las ganas llevaban tiempo dándole vueltas en la cabeza y acabaron materializándose en tan solo cinco noches. Cuenta que la primera no podía dormir y que la única solución que encontró para parar la lavadora mental que dominaba sus pensamientos fue lanzarse a escribir: «Tuve un torrente de ideas».

Fue en aquellas horas en las que dio los primeros brochazos de una obra en la que, admite, ha sabido ordenar mejor los conceptos que en la anterior: «Para las personas como yo, lo que más nos cuesta es traducir nuestros pensamientos para expresarlos a los demás y que estos sean inteligibles. Muchas veces se produce un efecto de cuello de botella y acabamos plasmando mucho menos de lo que queremos y de una manera que otros pueden no entender». Por eso está orgulloso del resultado de este segundo libro, que también representa una evolución personal.

Público objetivo

Del mismo modo, señala que su creación no solo está dirigida a jóvenes que hayan pasado por una situación similar a la suya, sino también para amigos y familiares de las víctimas con el objetivo de que aprendan a detectar determinados comportamientos y escuchar a los pequeños.

A este círculo añade a los profesionales de la salud y mental y los docentes, a los que pide estar en continua formación para ofrecer a los niños un espacio seguro en el que poder abrirse para contar lo que les está sucediendo. Añade que es importante que la sociedad en su conjunto tome responsabilidad en el asunto y que este problema llegue a las altas instancias.

En el libro, el Adrián refleja multitud de situaciones de acoso directamente relacionadas con la violencia física, pero también con pequeños actos que, a veces, no son tan fáciles de detectar.

Pone el ejemplo de una escena en la que Pablo, el protagonista, intenta comunicarse con un profesor que acaba por restar importancia a los hechos, sin aplicar ningún protocolo efectivo ni reprender a los victimarios: «La obra no se reduce a lo visible, habla también del daño psicológico».

Sobre las razones reales detrás de este tipo de comportamientos, explica que los seres humanos tienden a simplificar aquello que perciben con la finalidad de poder entenderlo sin tener que invertir demasiada energía. «Las interacciones son muy complicadas, por eso a veces se aplican los estereotipos y los prejuicios, lo malo es que muchas veces actuamos sobre esa falsa verdad porque igual si nos quitamos esas gafas nos quedamos ciegos», sentencia Adrián León.

La ficha

Coloquio. La presentación será este viernes en el liceo noiés a las 12.00 horas.

Futuro. El joven ya tiene otro manuscrito que pretende publicar dentro de poco.

Evolución. Admite que expresar en papel lo que le pasó le ha ayudado a poner en orden sus pensamientos.