Acudió a la inauguración de una escultura en homenaje a las víctimas de la violencia de género
28 jul 2024 . Actualizado a las 14:06 h.Aplaudió la puesta en marcha de políticas en los ámbitos de la educación y la prevención, pero Juan Carlos Quer regresó este domingo a la villa pobrense, donde hace ocho años fue asesinada su hija Diana, para insistir en la necesidad de que se pongan en vigor «leyes efectivas que protejan a nuestros hijos». Lanzó esta reivindicación durante el acto de inauguración de una escultura en homenaje a las víctimas de la violencia de género promovido por el Concello.
Acompañado por su hija Valeria y arropado por un nutrido grupo de vecinos, Juan Carlos Quer criticó que se trate a las víctimas de la violencia machista como simples estadísticas: «No son números, detrás de cada una de ellas hay una vida quebrada, una familia rota, un dolor perpetuo». Por ello, reivindicó un endurecimiento de las condenas para aquellos que son declarados culpables.
Pese al calvario sufrido durante los tres años que pasaron desde la desaparición de Diana hasta el hallazgo de su cadáver, en diciembre del 2019, Juan Carlos Quer aseguró que no siente rencor, sino paz cuando mira al cielo. Y finalizó su intervención agradeciendo el apoyo y cariño recibido siempre en A Pobra: «Aquí voy a seguir viniendo con mi hija Valeria porque siempre encontré calor».
El nombre de Diana Quer figura junto al de María Rocío Feijóo, asesinada a comienzos de la década de los 80 también en A Pobra, en la placa de la escultura Como auga, que preside los jardines Valle-Inclán de la villa, aunque el alcalde, José Carlos Vidal, aclaró que la figura «é unha homenaxe a todas as mulleres vítimas da violencia de xénero». El regidor se refirió a los crímenes machistas como «unha lacra que parece imposible de erradicar». En términos similares se expresó la concejala Estefanía Ramos, que abogó por la implicación de ciudadanía y administraciones «para porlle freo a esta praga».
La escultura descubierta en la villa pobrense es obra de Isabel Soler Rivas, que resultó ganadora de un concurso impulsado por la Concellería de Igualdade. La artista explicó que la figura representa a una mujer que deja atrás su pasado y se renueva introduciéndose en el agua.
El acto, que abrió y cerró la soprano Esperanza Mara con sendas intervenciones poético-musicales, incluyó una ofrenda floral.