La respuesta no la va a dar ni la Guardia Civil, ni la Policía Nacional, ni el Ayuntamiento al que le toque pasar por el trance. Hay que mirar hacia más arriba
14 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Pocos temas han generado más crispación social en los últimos tiempos que la okupación. Ya sea por su conflictividad o por la flagrante injusticia que ven aquellos que pagan religiosamente sus hipotecas o alquileres, el tema está caliente a pie de calle. Más aún si se acude a un foco okupa de verdad, en donde llueven las miradas agresivas y objetos desde las ventanas. En Ribeira nadie esconde su preocupación por los edificios de Abesadas que han convertido el barrio en la zona cero de los problemas.
La impotencia de los vecinos solo es equiparable a la de los policías, que ven como la población reclama más efectivos y mano dura. La realidad es que la situación es incontrolable, salvo si varias patrullas custodiasen la zona las 24 horas del día. Además, aún así, en el interior de los bloques la ley seguiría sin estar a la orden del día.
Entonces, la pregunta a lanzar es: ¿Qué hacer con los okupas? La respuesta no la va a dar ni la Guardia Civil, ni la Policía Nacional, ni el Ayuntamiento al que le toque pasar por el trance. Hay que mirar hacia más arriba.
La okupación conflictiva, marcada por la presencia de toxicómanos, hay que evitarla actuando antes de que se produzca. Las actitudes antisociales están ahí, pero hay fórmulas para ayudar a que cada vez sean menos los que caen en el pozo.
Una vez el problema está en casa, la solución tan solo puede ser extirparlo. Las leyes actuales ponen trabas y limitan mecanismos, así que las reclamaciones deben ir para el que pone las reglas del juego.