La organización se reunía en el mes de julio para preparar la celebración
15 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.La primera comisión documentada en A Pobra do Caramiñal para procurar mayor lucimiento y promoción a la festividad de Jesús Nazareno fue constituía el día 27 de septiembre de 1896. De este hecho da fe pública el acta que encabeza el hasta hoy inédito Libro Contable de la comisión pro-función del Divino Jesús Nazareno (1896-1923), incompleto en varios períodos intermedios. Sus páginas recogen noticias que apuntan al origen histórico de la fiesta, sino a la definición moderna de la festividad. Un orden de cosas que conocemos en el tiempo presente. Dice así:
«Convocados y reunidos bajo la presidencia de D. Manuel Soler Rutllá, coadjutor in capite de Santiago de la Puebla del Deán, los vecinos de la misma Sres. D. Abelardo Mieites Gómez, Isidoro Abal, Martín Gómez Abal, Elías Martínez, Julián Rodríguez, Carlos Pérez y Deogracias Gumera, todos ellos propietarios y de conveniente probidad, acordaron:
1º.- Formar una comisión que se encargue en lo sucesivo de la función del Divino Jesús Nazareno, que tendrá lugar en esta parroquial el tercer domingo de septiembre de todos los años, cuya comisión quedó constituida con los mismos individuos convocados.
2º.- Nombrar un depositario que lleve con todo cuidado, en un libro, los ingresos y gastos habidos en todo el año; presentando las cuentas después de la función y en todo el mes de septiembre, cuyas cuentas serán firmadas por todos después de examinadas.
3º.- Reunirse en junta en todo el mes de julio de cada año para acordar el mayor esplendor y lucimiento de la función, que tendrá lugar como queda dicho el tercero domingo de septiembre.
4º.- Enajenar las cajas mortuorias que se reunieran el día de la función por no haber sitio a propósito para depositarlas, cediéndolas, esto es arrendando su negociado, al mayor postor.»
Tercer domingo
Dato llamativo de este instrumento es su prevención de que «en lo sucesivo», desde aquel año de 1896 obviamente, la función del Divino Jesús Nazareno «tendrá lugar… el tercer domingo de septiembre de todos los años». ¿Quiere esto decir que hasta entonces seguía celebrándose todavía en los días señalados los años 1531 y 1572?
Por los apuntes contables registrados en este libro descubrimos los esfuerzos encomiables de aquella entidad asociativa. De los bríos de sus programaciones iniciales, como también de sus apuros y del consiguiente abotargamiento de los actos organizados luego, estando condicionada por los ingresos de una siempre fluctuante recaudación y por un déficit acumulado en ejercicios caracterizados por el gasto excesivo. De modo que, tras el saldo negativo del año 1903, deberá salir en su ayuda el ayuntamiento, así en 1904 como en 1905, llevando una gestión insostenible desde el año 1910.
Conceptos
Entonces eran dos los días dedicados a estas fiestas, el sábado de la víspera y el domingo propio de la función del Cristo y procesión de las mortajas. Siendo computados en sus cuentas pagos por conceptos tales que oradores, sacerdotes y diáconos, porteadores de imagen, cuestores, pujador, músicas sacra y profana, iluminación del templo, ornato de rúas con faroles y guirnaldas, pirotecnia a base de cohetería y suelta de globos aerostáticos, trabajos de carpintería para montar el estrado o palco cerca del atrio, comparsa de dos gigantes y cuatro cabezudos, impresión de programas, láminas de estampas y rifas, fletes y viajes del vapor etcétera.
Al cierre rescataremos algunas costumbres e identidades de obligada referencia. Y así, aquella costumbre de sermonear la misa mayor con oradores de prestigio, los de dignidades como José Martínez Muñiz y José María Portal, canónigos de la S.A.M.I. de Santiago de Compostela, y los de los padres Paisal, Novoa o Manterola, franciscanos.
De entre los músicos y cantores que intervienen en la novena y misa principal, al organista José Paz Hermo y al violinista Egidio Paz, su hijo (1896-1904), a Ricardo Fernández Carreira (1909-1921) y a José Fontán Martínez (1923), con sus orquestas, todos ellos intérpretes y compositores de mérito. Siendo habituales en el ámbito de la música civil Manuel y Juan Ramón Olveira, los famosos gaiteros de Lesón, quienes, junto con la banda de música municipal de A Pobra, con frecuencia sustituida por las de Vilagarcía, de Beneficencia de Santiago y hasta por la de Zaragoza, amenizan dianas, procesión, pujas, verbenas y fuegos.
Concluyamos, en fin, recordando a José Gil, cohetero vecino de O Campiño, a quien se contratan fuegos y globos (1896-1901), y a Juan Cid, impresor de la villa, autor de cincuenta programas de los festejos (1899-1901), la misma tirada de programas y mil estampas imprimirá José Paz (1902-1903). Eran fiestas grandes.