Impuestos y gasto

Alicia Fernández LA CRIBA

BARBANZA

25 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando se hacen públicos los presupuestos de la Xunta para el 2025 y se aclara la inversión de la misma en nuestra comarca, los alcaldes que no son afines a la corriente política que gobierna Galicia se revuelven. Con la lógica excepción de Ribeira, habida cuenta de las importantes partidas para la ampliación del hospital y, sobre todo, la residencia.

Porto do Son se muestra satisfecho porque es el municipio que más y mejor ha exprimido la coincidencia de siglas en los últimos años. Luis Oujo ha capitaneado con éxito el profundo cambio de su feudo.

Sin duda los vecinos de Boiro, antes relegados en los presupuestos de Feijoo y ahora en los de Rueda, son los menos agraciados. Aunque sea moneda de cambio habitual en política, esta discriminación es una injusticia. Pero el equipo de gobierno no puede parapetarse en ese desencuentro, debe abstraerse y buscar establecer complicidades.

Tampoco utilizar ese argumento para la subida impositiva que está llevando a cabo, sobre todo en el IBI. Una medida muy poco explicada a los vecinos, que provocará disgustos cuando lleguen los nuevos importes.

Es verdad que hay que cubrir los aumentos naturales del gasto corriente y de capital, pero hay que recordar que con cargo al POS adicional se derivan a gasto corriente 326.000 euros.

La cuestión que interesa a los ciudadanos es si hay una política ajustada de gasto y, fuera de la jerga técnica y de los nombres despiste de muchos capítulos, saber cuánto y en qué se gasta. Una alternativa a la subida de impuestos es gastar menos o nada en algunas partidas y optimizar la ejecución del resto.