Una época dorada que marcaron Bumerang y Tótem

Antonio Lijó

BOIRO

12 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Corría el año 82 y los más y menos jóvenes teníamos para disfrute el domingo, puesto que eran tiempos de salidas prontas y acudíamos a la antigua sala de fiestas Cambeiro, que mezclaba música en vivo con música disco. Muy pronto y al alimón, la discoteca Tótem irrumpió con una fuerza tremenda y se solapó a Cambeiro, y ya la marcha se dividía en dos zonas: el Callejón y As Carolinas, donde el mítico Costa Oeste, uno de los pubs más preciosos de todos los tiempos con salida a la playa y la mejor música, era el centro de la diversión.

Ya se salía los sábados y los domingos había sesión infantil en Tótem, cuando de repente apareció con un márketing impresionante en A Pobra la discoteca Bumerang, que arrasó durante una década la marcha de los domingos, alternándose con la mítica Zorba, uno de los locales donde los mejores grupos y cantantes de la época actuaron en Barbanza. Claro que hubo más, la Sala Madrid, en A Pobra; nace Cancún, que después se renombró como Coro-Coro y finalmente desapareció como Hesta Kurva. Más tarde, la movida se fue los viernes para Rianxo, para volver de forma arrasadora a Boiro, con tres discotecas a la vez, y también a Ribeira, unos años mágicos, pero ya sin discotecas desde el cierre de Tótem y Tuti Fruti, una de las discotecas más bonitas, pero con menos duración en el tiempo.

Y del mítico Callejón, en el año 1994 la movida se trasladó a Bandourrío, cuando la marcha ya también había desaparecido de As Carolinas. Esa última época comenzó fuerte en Ribeira, donde los viernes y sábados había un gran ambiente, pero que tenía la desventaja de no contar con las licencias para pub que sí se habían dado en el concello boirense. Este agravio comparativo repercutió negativamente en la ciudad durante mucho tiempo y hasta hoy, donde la maldita crisis que llegó en el 2010 hizo que desapareciera prácticamente la movida tanto en Boiro, como en A Pobra y en Ribeira, donde incluso los viernes es un auténtico desierto.

Y esto es un breve resumen, en el que Tótem y Bumerang brillaron con luz propia.