La Guardia Civil detuvo a cuatro personas, afincadas en Boiro y A Pobra, tras meses de investigaciones
23 dic 2021 . Actualizado a las 19:41 h.En el marco de la denominada Operación Arantes, desarrollada por el EDOA (Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga) de la Comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, se procedió a la detención de cuatro personas, al que llaman clan de los Fanchos, afincadas Boiro y A Pobra por la comisión de los supuestos delitos de tráfico de drogas e integración en grupo criminal.
Desde hace tiempo, según explica el instituto armado, el análisis de distintos indicadores apuntaba a un incremento en el tráfico de drogas, principalmente cocaína, por vía marítima, que las organizaciones consiguen introducir en la península utilizando embarcaciones ligeras y de alta velocidad, con las que acuden a unas determinadas coordenadas, fijadas de antemano, en la que desde un barco nodriza se traspasa la droga a la narcolancha que luego se dirigirá a tierra.
Uno de los grupos más conocidos en la zona de Barbanza por su relación con el tráfico de drogas es el denominado clan de los Fanchos, que saltó a la palestra en el mes de mayo, cuando uno de sus miembros, con antecedentes por tráfico de drogas, se adentró con su embarcación en el mar, a pesar de que la predicción meteorológica anunciaba muy malas condiciones para las horas siguientes, y permaneció navegando durante 30 horas.
Sospechas
La duración del viaje se alargó más de lo previsto, lo cual unido al mal estado de la mar hizo pensar a sus familiares que se había producido un fatal desenlace. Ello les llevó a presentar denuncia por su desaparición, activándose desde ese momento un dispositivo de búsqueda.
Horas más tarde, el barco regresaba y tomaba tierra en O Pindo. Para sorpresa de sus tripulantes, los investigadores se encontraban esperándoles a su llegada, pudiendo comprobar que la embarcación estaba ocupada por dos integrantes del citado clan y por un ciudadano de origen búlgaro.
Aunque en ese momento no se encontraba cargada, distintos factores hicieron creer a los investigadores que el motivo de tan arriesgado viaje solo podría haber sido la realización de una descarga que, por causas desconocidas, habría resultado fallida.
Investigación durante meses
Durante los meses sucesivos, la investigación se centró sobre los miembros del clan que, sospechando que la Guardia Civil los había colocado en el punto de mira, decidieron subcontratar a dos individuos de Boiro, que tenían mucha experiencia en el mar, para que fueran ellos quienes realizasen las próximas descargas.
El instituto armado pudo comprobar que los investigados hacían uso de varias embarcaciones de alta velocidad durante meses, las cuales dejaban amarradas en distintos puertos de la ría de Arousa para dificultar que pudiesen vincularlos con ellas.
Las reuniones mantenidas entre los investigados se desarrollaban siempre extremando las medidas de seguridad, aprovechando las circunstancias con la que pretendían pasar desapercibidos. La vertiginosa actividad que demostraban en la mar contrastaba con la vida aparentemente normal y monótona, sin excesos, que llevaban.
El pasado 14 de noviembre, dos de los investigados abandonaron la ría a bordo de una de sus embarcaciones, intentando aparentar normalidad. Pero la lancha se adentraba en el mar, lo que hizo pensar a los agentes del EDOA que el motivo de la salida podría ser ir a buscar droga.
Por ello, se puso en marcha un dispositivo con el Servicio Marítimo Provincial de la Comandancia de A Coruña, para detectar la llegada de la embarcación, lo cual se produjo pocas horas después, cuando fue vista entrando en la ría en dirección a la playa de A Corna.
Mochila con cocaína
En el arenal esperaba otro de los miembros del clan, que se acercó a la orilla cuando llegaron sus compañeros para poder alcanzar la mochila que le tiraron desde la embarcación, con intención de esconderla en un monte próximo.
Ante la sospecha de que la mochila contuviese droga, los agentes procedieron a la identificación del hombre y registraron el lugar hasta que se consiguió dar con el escondite de la bolsa y comprobar que contenía unos 18 kilos de cocaína.
Los ocupantes del barco no esperaban que al llegar al puerto de Vilagarcía les estarían esperando varios guardias civiles para su detención.
Posteriormente se realizaron registros en los domicilios y en la embarcación, localizando sofisticados medios de comunicación vía satélite que, supuestamente, utilizarían durante el viaje para contactar con los tripulantes del buque nodriza u otros miembros de la organización en tierra. Las diligencias instruidas, detenidos y efectos incautados fueron puestos a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira, cuyo titular acordó el ingreso en prisión.
Ante la posibilidad de que hubiesen fondeado alguna otra partida de droga antes de su llegada a la costa, los buceadores del GEAS con base en A Coruña inspeccionaron varios puntos por los que habían navegado a su regreso, pero la búsqueda fue infructuosa.

A raíz de esta investigación, la Guardia Civil considera desarticulado un grupo criminal «tremendamente activo», con contactos y reconocido prestigio entre las organizaciones dedicadas al tráfico de cocaína a gran escala, además de contar «con la capacidad e infraestructura necesarias para introducir en las costas gallegas importantes cantidades de esta sustancia».
