La esteticista que quiere emprender saliendo de la sombra de su madre

Marta Casais
M. Casais RIBEIRA / LA VOZ

BOIRO

CARMELA QUEIJEIRO

Alba Fernández busca establecerse como una referencia en belleza en Boiro

29 dic 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Alba Fernández el mundo de la belleza es algo que lleva en la sangre. Su madre es peluquera en Boiro y ella recuerda como la ha ayudado toda la vida: «Desde que podía subirme al taburete para lavar cabezas estuve trabajando». En mitad de la pandemia, en noviembre del 2020, decidió lanzarse a la aventura, salir de la sombra de su madre y abrir su propio negocio de estética en su localidad natal.

El reto ha sido inmenso para esta treintañera, que ha tenido que sufrir los vaivenes de las restricciones por el covid. «Lo de la pandemia no se lleva muy bien, la verdad. La falta de eventos es uno de los principales problemas hoy en día». Esta emprendedora afirma que, a pesar de esta situación, las tendencias en belleza y el culto a la imagen han ido cambiando. «Ahora la gente tiene más interés por hacerse las uñas, tener las cejas bien o incluso lanzarse a la depilación láser».

Sin embargo, la preocupación y el estrés ocasionados por la pandemia le están pasando factura y la han llevado sufrir una alopecia nerviosa, que ahora teme que se convierta en permanente. «Hay unas pelucas monísimas hoy en día», bromea, «pero sí que es cierto que esto ha hecho que me reafirme sobre la importancia de verse bien en el espejo y cómo eso afecta a las emociones y en nuestra vida normal».

Apostar por su propio negocio en lugar de quedarse en el entorno materno también fue una de las partes más difíciles de emprender. «Al final, siendo profesional quieres que los clientes te valoren por ti misma. La gente del día a día me conocía por estar con mi madre, pero llegó un momento en el que yo quería salir un poco de ahí y tener algo mío, propio», explica la joven boirense.

Sin embargo, no fue capaz de dejar su vida en Boiro. «Por ir a hacer formaciones fuera, a Madrid o donde sea, no tengo reparo, pero al final mi día a día lo quiero pasar cerca de mi casa». Afirma que los vecinos han sido lo mejor de haber montado el negocio en la villa que la vio crecer: «Estoy muy agradecida a los clientes porque a ellos les debo que se me vaya conociendo, que siga abierta y que pueda llevar a cabo todo esto».

Tendencias en redes

A pesar del poder que poseen las redes sociales para mover las tendencias en el mundo del estilo, Fernández reivindica la capacidad que tienen los pequeños negocios para no dejarse llevar por la volatilidad de lo que pasa en Internet. «Hoy en día las influencers lo controlan todo, a veces es de agradecer que la gente venga aquí con una idea clara y un estilo propio».

También señala esta profesional que muchas de estas nuevas modas, de uñas largas o especialmente cuidadas, son algo difíciles de implementar en una zona donde la mayoría de las usuarias y clientas trabajan en el mundo de la alimentación: «Para ellas es algo más complicado poder mantener ese tipo de tratamientos, pero aún así están interesadas en vestir las manos».

La empresaria tiene clara cuál es la base de su negocio: las jóvenes. «Ellas tienen más afición por las uñas, por llevarlas bien. Se dan cuenta de que pueden lucir mucho y a veces incluso más que una joya. También les interesa más el mundo del maquillaje en general», explica.

La necesidad de diferenciarse en un mercado tan competitivo como el que existe en la villa boirense, donde hay muchos negocios de estética, ha llevado a Fernández a sumergirse en seguir aprendiendo cada día y dar un trato diferencial a sus clientes: «Ahora estoy haciendo una formación de masaje profesional, pero también me estoy centrando en las limpiezas faciales y la maderoterapia».