El talentoso colocador vuelve a las canchas en Boiro después de dos años en el dique seco
18 sep 2023 . Actualizado a las 11:11 h.Si estos días se busca la palabra ilusión en el diccionario, no sería de extrañar que al lado de su definición apareciese una fotografía de Manuel Marcote (Cee, 1998), y no es para menos. En el mundo del voleibol retomar la actividad después de dos años parado es difícil, y más aún si esto se lleva a cabo en un club de la exigencia del Rotogal Boiro. La llamada de la entidad barbanzana este verano le sorprendió, pero luego de las dudas iniciales, el joven colocador no dudó en afrontar el reto: «Estoy ilusionadísimo. Significa mucho que hayan pensado en ficharme, y más después de tanto tiempo sin jugar».
El colocador había abandonado la práctica deportiva en el año 2021 después de toda una vida ligado al Voleibol Dumbría. A lo largo de su paso por las categorías inferiores en O Conco acumuló numerosos títulos autonómicos a nivel individual y colectivo. Las convocatorias con la selección gallega y su talento natural para el segundo toque hacían presagiar que había Marcote para rato.
Durante cinco años fue el director de orquesta de los dumbrieses en la Superliga 2, compitiendo por el ascenso con el club que ahora defiende, el Boiro. Tras un impás en su carrera deportiva por motivos personales, el ceense vuelve a la primera línea del voleibol con el objetivo de devolver al Rotogal a la máxima categoría nacional.
«Estoy muy motivado. Voy a cada entrenamiento con ganas de mejorar y de darlo todo para ayudar al equipo. Cuando estaba en Dumbría no me imaginaba que acabaría en el Boiro, pero aquí estamos. Es una oportunidad única y quiero aprovecharla al máximo», apunta.
Uno de los grandes valedores de su fichaje es el técnico del Rotogal, Adrián Alves. Siendo rivales durante años en las canchas, el boirense apostó por Marcote consciente de que un prestidigitador del balón de tal calibre no podía estar en otro sitio que no fuese sobre el parqué: «Sabía que es un gran entrenador por lo que había oído, pero tenerlo de tu lado es otro rollo. Está pendiente de todo. Me corrige detalles tan pequeños de los que yo ni me daba cuenta. Lo tiene todo bajo control».
La importancia del grupo
Pese a su juventud, Manuel Marcote es uno de los jugadores del Rotogal que cuenta con más experiencia en la Superliga 2. Sabedor de que el equipo viene de competir en una categoría superior, no le amilana el nivel de sus compañeros. Sus tablas en fases de ascenso y en la Copa Príncipe hablan por sí solas cuando se le menciona la posibilidad de ser una de las piezas claves del combinado boirense: «La exigencia en los entrenamientos es máxima, pero hay un buen grupo. Todos son buenos y eso se nota en el nivel del día a día. Pondré todo lo que esté en mi mano para ayudar a los más jóvenes. La Superliga 2 es una división muy complicada y tenemos que estar muy centrados para dar la talla».
Además de dedicarse a la práctica del voleibol, el ceense aprovechará su estancia en Boiro para continuar formándose cursando estudios universitarios a distancia. Ya perfectamente instalado en Boiro, reconoce que el cambio de aires le ha venido bien para renovar ilusiones y retos personales. «Un nuevo equipo siempre trae sensaciones distintas, y más si eso implica una mudanza. Estoy muy contento viviendo en Boiro. Es un lugar tranquilo, tampoco dista mucho de lo que es Cee», comenta.
El nombre de Manuel Marcote es conocido en toda la familia del voleibol gallego. Después de haberse apartado del foco mediático durante un par de temporadas, su regreso no ha hecho más que levantar expectación entre los amantes de este deporte. Uno de los talentos más descarados de su generación regresa a escena para volver a dar que hablar.
«Made in» Dumbría
Manuel Marcote es uno de los grandes exponentes de la generación de oro del Voleibol Dumbría. Procedente de la escuela del Manuela Rial, destacó desde bien joven debido a su personalidad y precisión. Campeonatos de España y títulos autonómicos son tan solo reseñas de su amplio palmarés en O Conco.