El negocio ambulante Fast Food A Fartar, regentado por Douglas Feijoo, triunfa en las fiestas de la mano de su plato estrella, el papipollo
18 ene 2024 . Actualizado a las 10:34 h.Todo aquel que se lanza a la piscina del mundo empresarial lo hace con la ilusión de que su negocio triunfe. Douglas Feijoo (Ecuador, 1996) también la tenía, pero en ningún momento se esperaba que su apuesta por la comida ambulante arrasase de tal forma en verbenas de toda Galicia. Su proyecto Fast Food A Fartar, nacido en Boiro, se ha convertido en todo un éxito gracias a sus elaboraciones, entre las que destaca el pollo al más puro estilo de la línea de comida rápida KFC.
Feijoo llegó a Galicia cuando tenía 14 años, asentándose en Boiro con el paso del tiempo. Con la mayoría de edad comenzó a trabajar en hostelería, adquiriendo experiencias y contactos dentro del gremio que le sirvieron para dar un paso más allá: «A finales del 2022 por los conocimientos que había adquirido y por el tirón que tiene el mundo de las food trucks se me ocurrió la idea de montar algo así».
Acompañado por Marcos Romero, vecino de Boiro y empleado del negocio, ultimó los detalles del chiringuito, que hizo su debut en las fiestas de Carnaval en Noia: «Fue un auténtico pelotazo, tuvimos una gran acogida. A la semana siguiente volvimos a la villa y de nuevo lo reventamos en ventas. Hubo días en los que nos quedamos totalmente sin mercancía».
La fórmula del éxito de Fast Food A Fartar se basa, en palabras de Feijoo, en aunar un producto de calidad, una presentación vistosa y unos precios asequibles para todos los bolsillos. Sin embargo, no se olvida del plato que, por aclamación popular, ha sido desde un primer momento una pieza fundamental de su éxito, el papipollo.
«Es el que más trabajamos y el que más se vende. Es propio de Latinoamérica. Consiste en unas patatas acompañadas de tiras de pollo envueltas en un crujiente como el del KFC. Dimos 30.000 vueltas para encontrar un proveedor que tuviese un material como el que necesitábamos. Lo normal en este tipo de negocios es encontrarse los nuggets o las bolitas, pero un solomillo como el que trabajamos nosotros no es tan habitual», apunta.
Además de su opción estrella, también disponen de clásicos como las hamburguesas, los perritos calientes o las salchichas con patatas, conocidas popularmente como salchipapas: «Queremos ir un poco más allá y dependiendo del día también ofertamos empanadillas o lo que se nos vaya ocurriendo. A la gente le llama la atención lo que se sale un poco de lo común».
Creciente popularidad
En menos de un año, Fast Food A Fartar ha ido cogiendo nombre debido al visible éxito de sus productos en las verbenas, algo que ha propiciado que incluso haya quien los requiere y los anuncia en los carteles de las fiestas como si fuesen un artista más: «Ya nos conocen y nos llaman para ver si podemos estar en su evento. Es el boca a boca. Ahora también hemos ofrecido cáterin y también nos contratan para asistir a fiestas de cumpleaños con el remolque y el famoso pollo».
Desde que Feijoo dio comienzo a este proyecto empresarial el remolque del papipollo ha recorrido buena parte de las verbenas de Barbanza, llegando a dejarse ver en lugares como Caldas, Ribadumia, Vilagarcía, Boqueixón y Padrón, entre otros.
Sabedor de que en las fiestas ha encontrado un nicho de negocio que funciona, el siguiente objetivo es ampliar miras e ir un poco más lejos. Añadir un nuevo vehículo a las propiedades de la empresa es una de las claves que señala su responsable para seguir creciendo: «Las fiestas ya las tenemos. Ahora vamos a intentar estar presentes en algún festival. El año pasado no pudimos ir a ninguno. Por falta de tiempo y de infraestructura no nos fue posible. Si todo sigue como ahora mi intención es contar con una furgoneta que nos dé un toque clásico y más versatilidad».
Pero más allá del boca a boca, el sabor o la llamativa apariencia de su remolque, lo fundamental para Douglas Feijoo es que la gente se vaya contenta después de probar sus productos y, por supuesto, que repita experiencia en próximas juergas: «Le tengo mucho cariño a Boiro y a la comarca. Me encanta toda la energía positiva que recibimos de la gente y es una de las cosas por las que intento darle precios asequibles. Quiero que coman calidad, con un aceite limpio y que el producto se trate con una higiene impecable. El papipollo llama la atención por su nombre, pero lo importante es que hace honor al nombre de A Fartar».