El Boiro sube al cielo y a Tercera (5-1)

Barraña tuvo que esperar y tuvo que sufrir, pero al fin llegó. El Boiro disputará la próxima temporada la Tercera RFEF después de años aciagos en los que la suerte le fue esquiva. Los futbolistas de Cardeñosa lo tenían en su mano y no defraudaron a los cientos de aficionados que se dieron cita en el estadio. El Boiro no dio ninguna opción al Eume, que fue un mero invitado a la fiesta local y que pudo comprobar muy de cerca que los barbanzanos son ya de otra categoría (5-1).

El ambiente en la previa era de tarde grande, aunque nadie se esperaba que el choque se pusiese de cara tan pronto. Cuando todavía no se había llegado al minuto de juego una locura insólita se desató en Barraña. El balón le llegó a Mario Barreiro, que despejó hacia Ferreiro. Él habilitó a Grégor para que, dentro del área, le diese el gol en bandeja a Pereira, que ya había sido héroe ante el Sigüeiro.

Con la grada respirando aliviada y tras una volea impresionante de Emi Carril que dio en el larguero, el Eume mostró uno de sus pocos atisbos de vida durante el partido. Un pase en largo del arquero Cristian Romero llegó hasta Ángelo. El central erró en el despeje y dejó solo ante Barreiro a Seijo, que prácticamente en semifallo puso el empate.

Fue un susto, el único del choque. Desde ese instante el monólogo del Boiro no tuvo interrupciones. A la siguiente jugada una combinación entre Pablo Vidal y Emi Carril acabó con Mario Prol absolutamente solo en el área pequeña. Con la zurda batió al portero, que no pudo hacer nada más que recoger el cuero de dentro de la portería.

El peligro boirista siguió rondando la meta del Eume y el tercero no tardó en llegar. De nuevo tuvo como protagonista a Prol. Filtró un pase que habilitó a Grégor. El arousano fue de nuevo generoso dando un pase de la muerte a Ferreiro que tuvo premio a su gran partido con un tanto.

Al borde del descanso Grégor también se unió al festín goleador. En un saque de esquina que quedó muerto en el área de castigo el ariete metió la cabeza con pillería para poner el cuarto en el marcador.

Celebración anticipada

En la segunda mitad el ritmo cayó en picado. Ambos técnicos movieron el banquillo y dieron minutos a los menos habituales. Mientras tanto, la grada de Barraña dio por hecho el ascenso cerca del 75. «A Terceira oé» fue el cántico que desde la sección de las Krusadas ensordeció el estadio. El fútbol siguió sobre el verde y con buena parte de los futbolistas del Boiro buscando su gol, cayó la manita al borde del final.

La gloria volvió a llevársela Mario Prol, que puso con el tanto la guinda a una temporada excelsa a nivel individual. Mario Regueiro robó en bloque alto y su tocayo ejecutó para poner fin al partido.

Con los tres pitidos del árbitro el champán apareció en escena. La comunión fue total. Los brazos en jarra y las manos en la cabeza de pasadas campañas dejaron paso a los abrazos y a las sonrisas. El Boiro y Barraña fueron uno. El municipio y su equipo se fusionaron. Ahora la Tercera ya espera a un bloque en el que la pasión y el esfuerzo nunca dejaron de estar presentes.

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