Patrimonio cuenta con un plan de rehabilitación para reparar los daños en la cubierta del tercer granero más largo de Galicia, declarado monumento nacional
03 sep 2019 . Actualizado a las 21:11 h.A mediados del 2016, este medio daba a conocer las negociaciones entre el Concello de Carnota, el Arzobispado y la Xunta para hacer frente al acusado deterioro de la cubierta uno de los grandes emblemas o icono etnográfico y patrimonial de Galicia. El hórreo de Carnota, el tercero más largo de la comunidad y declarado monumento nacional, registraba hace tres años desprendimientos en el tejado. Desde entonces, el estado de este ha continuado empeorando y son visibles, a través de las rendijas, los montones de tejas y fragmentos de viga esparcidos en su interior.
No obstante, Concello, Arzobispado -la propiedad es de titularidad eclesiástica-, y Xunta no han pasado por alto el deterioro de unos de los principales puntos turísticos del municipio y de su entorno. El nuevo regidor tras el cambio de gobierno en los pasados comicios locales, Juan Manuel Saborido (PSOE), explicó que ha mantenido contactos en varias ocasiones con los responsables religiosos y que la Dirección Xeral de Patrimonio tiene preparado un plan de rehabilitación -incluso cuenta con una dotación económica aparejada de unos 60.000 euros-.
La cabaceira, como se conoce este tipo de estructura en Carnota, fue objeto de una visita de técnicos de Patrimonio durante la pasada primavera y desde el ejecutivo precisaron que las tres partes implicadas están muy preocupadas por sacar adelante la intervención proyectada y así evitar cualquier posible daño a mayores en el hórreo, que se derive del nulo mantenimiento de estos últimos años.
Promoción de una joya turística
Lo cierto es que retomar las conversaciones para la reparación del hórreo de Carnota, trasladar nuevamente a sus titulares religiosos la necesidad de su rehabilitación o realizar una adecuación y limpieza del entorno -previa autorización de Patrimonio- no han sido las únicas medidas que ha emprendido el nuevo ejecutivo -el anterior también mantuvo contactos- para promocionar la que constituye una parada obligatoria para turistas y visitantes. Precisamente, uno de los primeros contactos que el regidor carnotano mantuvo con integrantes del arzobispado fue para solicitar los permisos pertinentes para que el famoso granero acogiese la línea de salida y meta de la Carreira das Areas, una concurrida y consolidada prueba deportiva.
Saborido también se preocupó por el estado de otro bien patrimonial anexo, la rectoral de Santa Comba, que también acusa problemas de deterioro en varios de sus edificios. El alcalde busca la forma de impulsar más actividades o de intentar impulsar un proyecto para aprovechar la potencialidad tanto de esta como de la de Lira, que también cuenta con un hórreo de récord, el segundo más largo de Galicia.
Os hórreos máis senlleiros de Galicia deberían estar en boas condicións, non só polo turismo, senón tamén polo pobo»
No obstante, la principal preocupación en estos momentos pasa por sacar adelante la sustitución de la cubierta de este hórreo de 34,74 metros de largo por 1,90 metros de ancho y obra del arquitecto Gregorio Quintela entre 1768 y 1783.
«O patrimonio forma parte do espíritu do pobo, e os hórreos máis senlleiros de Galicia deberían estar en boas condicións, non só polo turismo, senón tamén polo pobo», anotó el arquitecto Carlos H. Fernández Coto, para señalar que este en concreto es especialmente relevante por la fama que ha adquirido, a pesar de no ser el más grande de Galicia. «Debe haber implicación das Administracións autonómica e provincial para chegar a unha solución», destacó.
Y es que en los últimos días, la situación de esta cabaceira carnotana también había sido denunciada a través de la Asociación para a Defensa do Patrimonio Cultural Galego (Apatrigal).
Entre los selfis
«Es una pena que tenga tan mala conservación, deberían tomar medidas a nivel político, porque es un atractivo turístico y de los más grandes de Galicia. La verdad es que al llegar hemos visto otro más pequeño, pero que estaba mucho mejor cuidado», explicó Jenni Curbelo, al pie del hórreo de Carnota que conocía por primera vez. Natural de Lanzarote, junto a su grupo de amigos no pudieron evitar sorprenderse al echar la vista al tejado del monumento nacional que les habían recomendado. En apenas media hora, la presencia de otro grupo de turistas confirmó lo que es un flujo constante de visitas durante el verano al icónico granero.
¿Se imaginan que nos encontrásemos la playa llena de plásticos? Esto es igual»
«Es un poco surrealista, porque se trata de algo que tiene que interesar al pueblo, si estamos aquí es expresamente por el hórreo y los arenales. ¿Se imaginan que nos encontrásemos la playa llena de plásticos? Esto es igual y las Administraciones deberían moverse para buscar una solución», explicó una coruñesa residente en Madrid, que estaba acompañada de un grupo de familiares emigrados en Suiza, a los que enseñaba lo cambiada que está la zona décadas después.
Justo antes de marchar, echó la vista atrás para señalar: «Pero eso no quita lo bello de esta zona, seguiré recomendándola».