Percebe a 250 euros, camarón a 100 y centolla a 40, el precio del marisco se dispara

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

MUROS

Carmela Queijeiro

La escasez de algunos crustáceos y pescados ha encarecido su precio en los mercados de abastos, al tiempo que muchos placeros dicen sufrir una reducción de las encargas

20 dic 2023 . Actualizado a las 04:45 h.

«Non estamos vendendo o esperado ao fallar o prezo da centola, quen ía pensar semellante suba?», afirma Bárbara Silva, una de las encargadas del puesto la Paisana del mercado de abastos de Boiro. Y es que el valor de este popular crustáceo navideño alcanza cotas que sorprenden hasta a los distribuidores. En el expositor de Mariscos Bomar, en la plaza de Ribeira, la rabuda estaba a 23 euros el kilo, y las hembras, a 40. Parejo era el desembolso a efectuar en Noia, con tarifas que oscilaban entre los 25 euros el kilo de los ejemplares más pequeños y los 37 de los mayores.

Este marisco tiene una gran salida en esta época, pero con estos precios la demanda ha caído. Lo señala también Alejandra García, gerente de la empresa Insuapesca y de un puesto en el mercado de Muros: «Tengo miedo a no venderla, la gente se amarra el bolsillo».

La centolla no es lo único que se ha disparado, también lo ha hecho el percebe de Aguiño. En la subasta del lunes la puja máxima fue de 240 euros el kilo y el valor medio estuvo en 100 euros. No es de extrañar, por tanto, que haya placeras que afirmen haber vendido partidas para Madrid a 250 euros el kilo. En los mercados locales, el de menor tamaño estaba a 60 euros.

Dicen pescantinas y mayoristas que la escasez de algunas especies está motivando un incremento desmesurado de los precios. Por ejemplo, Ángel Mariño, de la cetárea boirense Ángel Mar, no ocultaba su asombro por el hecho de que «fun mercar nécora a Rianxo e non había, como é posible que de todos os barcos que van ao bou non houbera?». También a la escasez de este crustáceo se refiere Bárbara Silva: «Pouca e cara». En Noia y Ribeira, piezas de tamaño pequeño o mediano podían adquirirse a precios que oscilaban entre los 30 y los 35 euros el kilo.

Lo mismo sucede con el camarón. Una placera noiesa dice que hay poco e indica que el pequeño está a 45 euros el kilo, mientras que el grande llega a 100.

En cuanto al molusco, la que tiene un precio de récord es la almeja roja de Ribeira, con un tamaño que también invita a rascarse el bolsillo para llevarse al menos un puñado. El desembolso oscila entre los 28 y los 35 euros.

El kilo de berberecho arousano de pequeño tamaño cuesta 12 euros, mientras que una placera muradana que lo trae de Portugal comercializa el de tamaño medio a 13 y la babosa a 20: «Nada que ver en precio y tamaños».

Pescados

Los pescados más reclamados en esta época también se han disparado y algunas placeras prevén que lo hagan todavía más en las jornadas que faltan hasta el 24. El kilo de rodaballo de la ría cuesta 45 euros y el lenguado llega hasta los 40. Otro de los habituales en muchas mesas, la lubina, varía entre los 20 y los 25. Ni siquiera se salva la merluza del pincho, que está a 15 euros el kilogramo. Hasta un pescado corriente como la faneca está revolucionado, como afirmaba el ribeirense Pablo Ouviña: «Hai pouca e está a 12 euros o quilo».

Muchos placeros reconocían ayer estar detectando una disminución de las encargas. En plazas como la de Ribeira, por la mañana se registraba una animación menor de la que cabría esperar. Sin embargo, María Mayán se sentía moderadamente satisfecha porque había vendido varias piezas de alto valor añadido. Pese a reconocer un estancamiento en la demanda, recalcaba: «A xente quere peixe bo e penso que o levan para conxelar». Algún comprador reconocía tener miedo a más subidas.

 

Manoli Martínez: «Hay poca cantidad de todo, no sabemos qué está pasando»

Al frente de su puesto de pescado en la plaza de abastos de Noia, Manoli Martínez reconocía que «hay poca cantidad de todo, no sabemos qué está pasando». Apuntaba que se afanaba para conseguir el producto demandado por quienes le habían hecho encargas con el ánimo de mantener toda la clientela posible.

En cuanto a las ventas, explicaba que «quienes desean comprar no esperan al último día». Sobre las especies más solicitadas, Manoli Martínez detallaba que «yo creo que prima mucho lo que quiera la gente que va a estar en la comida o la cena. Es posible que escapen de los artículos más tradicionales y si hay niños pequeños, todo varía».

También recalca que «hay gente que adelantó las compras para congelar con el ánimo de garantizarse el producto y evitar la escalada de precios».

Entre sus clientes foráneos, afirma que figuran personas residentes en Madrid que acostumbran a realizarle encargas. Como en Noia abrirán el domingo 24, al mantenerse el mercadillo, confía en atraer clientela.

Sálvora

La avalancha

Aseguraba una pescantina barbanzana que cualquier otra época es mejor que la Navidad para comer los pescados o mariscos que más gustan. Bien es cierto que algunos, como la centolla o la nécora, no es posible consumirlos durante todo el año. Lo cierto es que todos apuntan a una escasez de producto que puede ser cíclica o reflejar una tendencia. Ahora, la demanda es una avalancha.