El párroco de Cando denuncia por injurias a los vecinos que le acusaron de poner trabas para celebrar entierros y pedir dinero
MUROS

Ayer estaba previsto un acto de conciliación en el juzgado de Muros
20 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Un conflicto con una familia por un entierro que finalmente se consumó sin que ningún cura acompañase al difunto en el cementerio destapó la caja de los truenos en la parroquia de Cando, en el municipio de Outes, a finales del año pasado. Varios vecinos acusaron al párroco, Roberto Freire, de poner trabas para la celebración de los funerales de sus seres queridos y de pedirles dinero por supuestas deudas, unas declaraciones a las que el sacerdote ha respondido acudiendo a los tribunales. Su hermano, Emilio Freire, confirmó que se presentaron dos denuncias, una en el juzgado de Muros y otra en el de Noia, por injurias graves.
Explica Emilio Freire, portavoz de la familia, que contra su hermano se profirieron públicamente y a través de varios medios de comunicación «injurias y acusaciones públicas que han atentado gravemente contra la dignidad» del párroco. Es por ello que, tras buscar el asesoramiento de juristas profesionales, se presentaron las denuncias en ambas sedes judiciales.
Aun así, también se ofreció a los denunciados la posibilidad de evitar el juicio mediante un acto de conciliación con la siguiente propuesta: debían hacer una rectificación «por los mismos medios públicos utilizados para difundir las acusaciones» e indemnizar a Roberto Freire con entre 6.000 y 12.000 euros «por los daños morales causados».
El primer acto de conciliación, en el juzgado de Muros, estaba fijado para ayer, pero el demandado no se presentó ni envió a nadie en su representación, por lo que la familia de Freire asume que en el acto que está previsto en Noia ocurrirá lo mismo.
Pena de cárcel
Si no hay conciliación, la querella seguirá su curso por los cauces judiciales. En ese caso, la parte denunciante solicitará la máxima indemnización prevista por la ley y las penas de cárcel de 6 a 14 meses que establece la legislación.
Emilio Freire concluye señalando que su familia no busca venganza, sino que la opinión pública «saiba como son as cousas» y limpiar su nombre.