Las primeras zancadas del paseo marítimo de Noia

Patricia Blanco
patricia blanco RIBEIRA / LA VOZ [24 DE JULIO DE 1997]

NOIA

Con los años, la senda se vio aquejada por desperfectos y actos vandálicos

24 jul 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Aquel día fue el final de lo que se calificó como deuda histórica. Largos años eran los que llevaban los noieses demandando un paseo marítimo para la villa. Y finalmente llegó. Del inicio de las obras -la primera piedra- informaba La Voz tal día como hoy, un 24 de julio, pero de 1997. Era el entonces conselleiro de Política Territorial, Obras Públicas e Vivenda, José Cuíña Crespo, quien presidía los actos: aquella jornada se daban por comenzados, asimismo, los trabajos de las instalaciones portuarias proyectadas para Punta Cabalo, en Boa: se trataba de la construcción de un muelle, coronado por una rampa de descarga. Asimismo, en aquel momento inaugural, Cuíña se comprometía ante María del Carmen Abeijón, alcaldesa a la altura de ese año, a destinar una partida presupuestaria para la realización del proyecto de la necesaria variante de Noia.

Pese a tanta promesa, el momento estelar correspondió al paseo marítimo. «Se extenderá desde el Peirao do Marqués en dirección norte, con una longitud de 500 metros por setenta de ancho», se explicaba en aquella información de 1997. El principal objetivo -según se apuntaba- era la ordenación y ordenamiento de la zona para ponerla a disposición de los usuarios mediante la incorporación de un paseo, una zona de esparcimiento y descanso y otra de juegos infantiles. La infraestructura en sí misma sí se llevó a cabo (incluyendo un carril bici) pero con los años fueron llegando los desperfectos y, también, los actos vandálicos.

Uno de los últimos ocurrió en junio del 2011, cuando desaparecieron 350 metros de cable de cobre que el ayuntamiento tuvo que reponer después. La Voz ha ido dando cuenta, periódicamente, de las carencias: «El deterioro afea el paseo noiés», titulaba el 1 de septiembre del 2009: agujeros en la vía, cables sueltos, estanques sin agua y con maleza, bancos y losetas rotas o falta de papeleras. «El paseo de Noia curará sus males», se informaba el 12 de mayo del 2010. Algunos se han subsanado; otros aún continúan existiendo.