Despedida a Sofía Baquero, una mujer comprometida que unió su vida al escritor Avilés de Taramancos

NOIA

Nacida en Colombia, se estableció en 1980 Noia con el intelectual y sus tres hijos. Durante dos décadas fue el alma de los fogones de la emblemática Tasca Típica
26 abr 2025 . Actualizado a las 12:42 h.«Ela é coraxe, valentía, compromiso, pero sobre todo é amor. E dígoo en presente porque estou facéndome á idea de que non voltarei sentila», son las palabras con las que el director cinematográfico Luis Avilés Baquero despide a su madre, Sofía Baquero, fallecida a última hora del viernes a los 90 años. Nacida en Colombia, la historia de Sofía Baquero está unida a Noia por lazos tan fuertes como la sangre porque en la villa medieval sembró las raíces de su entrega. La suya es una trayectoria de amor, de desprendimiento para que su compañero de vida, el intelectual Antón Avilés de Taramancos -a quien se dedicó el Día das Letras Galegas en el 2003- pudiera dar sus mejores frutos.
Fue en 1960, en Bogotá, cuando Sofía Baquero y Avilés de Taramancos unieron sus destinos. Ambos trabajaban en la embajada de Brasil y, en una entrevista en La Voz de Galicia relataba Sofía recordando aquellos años que «él era un chico culto y con gran sentido del humor. Simplemente, nos enamoramos». Durante diez años residieron en Bogotá y allí nacieron Santiago y Luis. Posteriormente, al escritor le ofrecieron dirigir una librería en Cali y la familia se trasladó. Fue en esta ciudad colombiana donde nació el tercer hijo, Guillermo.
En 1980, Sofía y Antón dejaron Colombia para establecerse en Noia. Allí comenzó una nueva etapa para Sofía Baquero como cocinera, durante dos décadas, de la emblemática Tasca Típica, convertida también en centro neurálgico de la actividad cultural y en la que el propio Antón Avilés servía consumiciones. Recordándola solo unas horas después de su fallecimiento, su hijo Luis apunta que ella repartía amor: «Facíase querer e tiña un abano de xente de moi diversas edades coas que se relacionaba». La mala fortuna quiso que su marido muriera demasiado joven, con solo 56 años. Ella fue una de las escoltas de la obra de su marido.
Sus restos mortales están siendo velados en el tanatorio de Noia. A las 21.00 horas serán trasladados hasta la iglesia de San Martiño de Noia, donde se oficiará un funeral y, posteriormente, será incinerada en la intimidad familiar.