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Un pequeño enclave que se ha convertido en un referente

J. Sande

OUTES

La zona portuaria de O Freixo aúna el trabajo del mar con las actividades de ocio, pero algunos detalles empañan su imagen

20 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La localidad outiense de O Freixo se ha convertido en el principal foco turístico y comercial del término. La implicación de Concello, Portos de Galicia y del colectivo empresarial ha logrado que un pequeño enclave poblacional sea hoy uno de los referentes económicos del municipio. La que antaño se denominaba San Juan de Sabardes, topónimo por muchos desconocido, se ha convertido en una privilegiada villa por el turismo marítimo, por el hecho de ser uno de los epicentros gallegos en la captura y comercialización de bivalvos y por su oferta gastronómica.

La gran implicación de las Administraciones públicas en el desarrollo de la villa de O Freixo, y en especial de su área portuaria, ha posibilitado la creación de una amplia explanada marítima, dotada de una oferta de servicios públicos adecuados, a la vez que se contribuyó a incrementar la belleza del lugar. Con las mejoras en el puerto se crearon pantalanes de atraque y una lonja, compatibilizando la actividad productiva con la turística.

Las opciones de ampliación urbanística incluidas en el PXOM también hacen posible lograr un desarrollo armónico de los parajes naturales de la localidad.

Pese a los incuestionables logros conseguidos en esta villa, todavía hay varias instalaciones que reclaman la intervención inmediata de las Administraciones responsables. Así, el antiguo puerto de O Freixo, el denominado muelle de O Doque, precisa de atención urgente. Los primitivos diques están semiderruidos y hay embarcaciones abandonadas. Sobre estas estructuras es difícil el tránsito peatonal y su antiestético aspecto contrasta con las obras que lo circundan, entre las que destaca el moderno edificio destinado a actividades náuticas y sociales, el parque infantil y las áreas de ocio.

También es muy mejorable la imagen de la explanada portuaria, donde las palmeras con las que se intentó ornamentar el enclave parecen distorsionarlo. Una adecuada planificación urbanística, donde las zonas ajardinadas, en las que deben figurar especies autóctonas, sean compatibles con las áreas de aparcamiento y con los espacios de ocio, debe ser una de las prioridades de esa futura intervención.

Edificios sin acabar

También sería deseable que se acabasen un par de inmuebles que hay a medio construir desde hace tiempo, ya que ofrecen una imagen de feísmo. En este caso, poco o nada pueden hacer las Administraciones para que las moles de ladrillo se rematen.

No cabe duda de que las mejoras introducidas en los últimos años han servido para revitalizar este espacio y para convertirlo en un lugar de encuentro en el que se dan cita tanto los visitantes que acuden a la localidad como los propios residentes.