La cita contó con una elevada afluencia de público a pesar de la lluvia de la mañana
22 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La lluvia que cayó durante la mañana presagiaba una jornada de baja participación, pero no fue así, y A Feiriña de Outes contó con la presencia de numerosos vecinos y visitantes que confirman que esta iniciativa es ya el gran escaparate del comercio y la artesanía de Outes.
La segunda edición de esta propuesta reunió a los comerciantes locales en la calle Capela, donde hubo una elevada afluencia de público curioseando entre los puestos. La impresión generalizada entre quienes se dieron una vuelta por la feria, profusamente decorada con motivos florales, del campo y del mar, era de satisfacción: «É unha pena que non fagan isto máis a miúdo», comentaban dos vecinas mientras ojeaban la variada oferta.
Satisfechos estaban también los organizadores, a pesar de que el espectáculo a cargo de Teatro Calavera que estaba previsto tuvo que ser aplazado por la lluvia que arreciaba poco antes de su comienzo, como explicó el edil de Cultura, José Manuel Ramos.
Sí se celebró la concurrida sesión vermú, que corrió a cargo de Momboi, banda que hizo las delicias del público con su propuesta musical y su estilo pop rock, con influencias de la psicodelia y de la cultura gallega.
Para todos los gustos
En cuanto a la oferta comercial, los quince puestos instalados exhibían una gran variedad de artículos, desde joyas, ropa o aparatos electrónicos, hasta productos locales como conservas artesanas o verduras frescas, así como una muestra de maquinaria agrícola y una exposición de vehículos.
También hubo sitio para la artesanía tradicional, como un puesto atendido por vecinas de Valadares que vendían los tradicionales sancosmeiros y un sinfín de elementos decorativos en los que la paja era la principal protagonista. Otro de los expositores destacados era el de Ramón da Torre, Chenky, un vecino de San Ourente que hizo una demostración de cómo se fabrican los tradicionales cabases, cestos de mimbre utilizados desde hace años para el transporte de alimentos y herramientas. Su puesto era todo un museo de la historia de Outes, con fotografías antiguas de los vecinos durante sus labores de labranza.
No faltó tampoco la presencia de municipios vecinos, como Mazaricos, cuyos representantes aprovecharon para presumir de la calidad de sus carnes y productos lácteos.
A Feiriña continuó su actividad también por la tarde, favorecida por unas condiciones meteorológicas más propicias que ayudaron a que siguiese acercándose gente para realizar unas compras que pueden tener premio, tal y como anunció el Concello, ya que participarán en un sorteo que pone en juego un almuerzo o una cena valorada en 80 euros.
La formación Malo Será puso el broche musical, un final inmejorable a una jornada en la que los comercios de Outes fueron los grandes protagonistas.