María Queiruga: Una mujer sociable y trabajadora que abarcaba multitud de tareas

Trabajó en una fábrica de bacalao y también en la conserva, pero sus ocupaciones fuera de casa como empleada por cuenta ajena no impidieron que María Queiruga Calo también tuviera tiempo suficiente para desvivirse por sus cinco hijos. Señalan que era capaz de abarcar múltiples tareas. Ahora que estaba jubilada, la dedicación a su familia era lo esencial.

Conocida popularmente como Maruja de Pérez, por su esposo, Manuel Pérez, quienes la trataron afirman que se trataba de una persona muy sociable, a la que le gustaba conversar «e levarse ben con todos». Estaba muy unida a su marido y ambos tenían, desde hacía años, una sólida amistad con otras parejas de su edad, con las que a veces se reunían para ir a algún baile.

A María Queiruga le gustaba la playa e ir a caminar, pero su delicada salud no le permitía disfrutar de muchas de sus pasiones. Una de las dolencias que padecía afectaba a su corazón, del que tuvieron que intervenirla para colocarle unas válvulas.

Esta vecina, asentada en el término ribeirense desde hacía mucho tiempo, pero natural de Porto do Son, falleció el domingo a los 74 años de edad.

Sus restos mortales recibieron sepultura ayer por la tarde en el cementerio de El Buen Pastor de la parroquia de Castiñeiras. Posteriormente, amigos y allegados asistieron a los funerales, que se celebraron en la iglesia de Santa Uxía.

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