La estrella de Viveiro voló para batir el récord de la prueba con un tiempo de 29:19
19 dic 2021 . Actualizado a las 17:37 h.Había ganas de Sin-Son. Quizás más que nunca. Y eso quedó claro desde el pistoletazo de salida de una carrera que congregó en Porto do Son a 1.500 almas. Entre todas, brillaron dos; la primera, la estrella de esta edición, un olímpico Adrián Ben que dejó claro por qué es una de las grandes promesas del atletismo español. En plena forma, voló para batir el récord de la prueba, parando el cronómetro en los 29 minutos y 19 segundos. En la categoría femenina, Laura Santos emuló al de Viveiro subiéndose a lo más alto del podio tras una escapada a dos kilómetros del final que no encontró rival que le diera caza.
Pero no fueron los únicos destacados. Alejandro Fernández, ganador de tres ediciones de la Sin-Son, tuvo que conformarse esta vez con el segundo puesto después del sprint de Ben. El tercer escalón del podio le perteneció a Ángel Castro, que ya se fue por encima de los 30 minutos.
En femenino, la victoria de Laura Santos toma todavía más valor al haberse impuesto a una velocista del nivel de Esther Navarrete, que se colgó la plata. En tercera posición, aunque ya más descolgada de las dos primeras, llegó la muradana Tina Fernández, que también completó una actuación de bandera.
A pesar de que el sol brilló, el frío hizo mella en los competidores, que salieron desde Portosín y se fueron calentando con el paso de los kilómetros. Los más duros, los dos últimos, con una empinada subida antes de enfilar la bajada hasta Porto do Son, donde varios cientos de personas se dieron cita para animar a los 1.500 corredores que fueron llegando a la meta.
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A pesar de que en la Sin-Son los focos se colocan sobre las estrellas de cada edición, lo cierto es que la competición es siempre un momento en el que espectadores y corredores se funden en esta fiesta deportiva. No faltaron atletas que se abrazaron a sus rivales tras completar los diez kilómetros, así como parejas que cruzaron la línea de meta de la mano o con sus hijos. También hubo hueco para las personas con diversidad funcional, que formaron parte de la cita.
Tras los 10 kilómetros, no faltó el buen ambiente, las sonrisas y el chocolate para calentar el cuerpo. Era el momento de compartir sensaciones, explicar cuáles habían sido los momentos más duros de la carrera. Las 2.000 personas que se dieron cita a lo largo del fin de semana en Porto do Son demuestran que la competición sigue en plena forma. Había ganas de recuperar la Sin-Son, muchas, como demostró un Adrián Ben que rompió el cronómetro para que la primera edición después del covid fuera también la de batir todos los récords.
Una organización de bandera para dos días de competición de primer nivel
La organización de la Sin-Son volvió a brillar. Quedó claro desde la línea de salida, a la que los corredores tuvieron que acceder con la mascarilla puesta. Era una de los requisitos de la prueba, cuyos responsables les obligaron a retirarla ya en el momento de correr los primeros metros. Los jueces de competición decidieron que las 1.500 personas salieran en dos turnos para evitar aglomeraciones.
Desde el Concello de Porto do Son celebraron que la prueba volviera a completarse sin incidencias. También quisieron agradecer a los voluntarios todo el esfuerzo realizado durante los dos días de esta décima Sin-Son 10K.