El centro tiene en marcha un programa para mantener vivas las tradiciones y cuenta con la ayuda de los comuneros
17 feb 2024 . Actualizado a las 19:44 h.Involucrar a la comunidad educativa e incluso a otras entidades del entorno para mantener vivas las tradiciones es uno de los objetivos que el colegio de Campanario, en el municipio de Porto do Son, lleva años incorporando a su programa formativo. Con este fin, el medio centenar de alumnos que tiene el centro participaron hace unos días en una singular clase. La impartieron Miguel Cernadas y Joaquín Queiruga Ventoso, que ilustraron a los pequeños en el arte de confección cestos.
Los preparativos comenzaron con antelación, cuando los estudiantes mayores salieron del recinto en busca de las corres. Fueron guiados y ayudados por miembros de la comunidad de montes de Baroña, entidad que mantiene una estrecha colaboración con el colegio. A la elaboración de los cestos se sumaron todos los alumnos y también acudieron cuatro usuarios del centro de día local: «Todos os cursos levamos a cabo algunha actividades que implique á comunidade e nesta ocasión quixemos que fora interxeracional», explicó el director, Juan Parga.
Como era de esperar, por tratarse de una actividad más lúdica que formativa y desconocida para buena parte de los chiquillos presentes, resultó un éxito: «Todo aquilo que non implica estar sentado e que se leva a cabo no exterior do centro triunfa seguro, pero neste caso gustou moito o feito de poder manipular as corres. Mesmo houbo algún neno que concluíu un pequeno cesto e iso resultou gratificante».
Educación colectiva
La clase de cestería se enmarca en el programa Voz Natura de La Voz de Galicia, que está desarrollado por la Fundación Santiago Rey Fernández-LaTorre, junto con otras acciones que, según explicó el director del Colegio de Campanario «buscan poñer en valor a vida en comunidade, xa que a educación debe abordarse de xeito conxunto».
Con la colaboración de la comunidad de montes de Baroña, el centro lleva a cabo otras actividades relacionadas con el medio ambiente, como la recogida de setas en el coto que tiene la entidad o la repoblación de determinadas zonas: «Este ano fixemos por vez primeira un traballo empregando tabletas e móbiles, cos que capturamos imaxes de plantas para clasificalas, distinguido entre as autóctonas e as foráneas».
Guiados por personal de la comunidad, es habitual que los escolares realicen rutas por la parroquia de Baroña con el fin de conocer la riqueza medioambiental y patrimonial. En ocasiones, aprovechan para recoger residuos en la playa situada en las inmediaciones del gran castro.
La intención del colegio, tal y como apuntó su director, es continuar en esta línea que tan buenos resultados está dando. Antes de que concluya el curso está prevista otra clase práctica relacionada con una actividad tradicional en la parroquia: la muiñada. Los chiquillos obtendrán harina a partir de espigas y comprobarán después qué utilidades tiene en la cocina.