«Hoxe respiramos, onte non se podía»

Marta Gómez Regenjo
Marta Gómez RIBEIRA / LA VOZ

RIANXO

Vecinos de Rianxo reconocen haber estado angustiados durante el incendio

28 mar 2019 . Actualizado a las 14:31 h.

Amplio despliegue. Cuarenta brigadas forestales, 28 motobombas y una docena de medios aéreos fueron movilizados para participar en las tareas de extinción. Lograron controlar la situación ayer por la mañana.

 Capilla de San Pedro de Vilas. Además de varias viviendas, las llamas también cercaron la capilla de San Pedro de Vilas por los cuatro costados. Algunos vecinos creían que se había quemado, pero pudo protegerse.

Pequeñas reproducciones. Patrullas forestales y soldados de la Unidad Militar de Emergencias recorrieron el perímetro del incendio enfriando el terreno y sofocando pequeñas reproducciones, como en Brión.

Cientos de hectáreas. Pasará un tiempo hasta que se pueda determinar la superficie exacta del incendio, pero son cerca de un millar las hectáreas de terreno que ayer mostraban un aspecto desolador. El fuego dejó a su paso un rastro de tierra y árboles calcinados, tiñendo de negro un paisaje que debería lucir verde.

 David contra Goliat. Los vecinos libraron una lucha titánica contra las llamas armados con mangueras y cubos para evitar que el incendio alcanzase sus viviendas.

Si en algo coincidían los vecinos de Rianxo el día después del gran incendio que arrasó más de 850 hectáreas era en que, al menos, ya podían respirar, porque el martes resultaba verdaderamente imposible, por el denso humo que lo cubrió todo y por la rabia y la impotencia de ver como, una vez más, las llamas se extendían sin control y amenazaban decenas de casas.

Las escenas de nerviosismo del martes desaparecieron ayer una vez que el incendio estaba controlado y lo que quedaba eran rescoldos en medio de un panorama calcinado. Para muchos, la escena no era nueva. En el 2006 vivieron una situación parecida, o incluso peor, como contaba Asunción mientras mostraba los destrozos del fuego en fincas y viñas situadas frente a su casa de Or, en Leiro: «Daquela pasamos máis medo, sobre todo porque era de noite e só vías o lume. Onte había medios para apagar, pero da outra vez non os había».

Trabajo preventivo

En Foxacos, en la parroquia de Araño, Che y su familia también rememoraban el 2006: «En outros dez anos aquí xa non volve arder». Respiraban aliviados, porque por fin había oxígeno en el aire y porque la amenaza del fuego parecía sofocada: «Estiveron aquí toda a mañá controlando e botando auga para que non prendera de novo. Aínda fumega a terra». Se refiere a los medios de extinción, que toda la noche y todo el día permanecieron alerta.

Se temía que en las horas sin luz la situación volviera a complicarse al no contar con medios aéreos y aumentar la intensidad del viento, pero no fue así. Un técnico forestal explicaba que el martes al anochecer habían logrado frenar los frentes principales y que durante la noche se esforzaron en refrescar la zona y sofocar las reproducciones evitando que fueran a más. Indicaba además que el perímetro del incendio es muy irregular, así que pasarán unos días antes de que haya cifras definitivas de la superficie quemada.

Por su parte, los vecinos dedicaron la jornada de ayer a tratar de digerir lo ocurrido: «Isto foi moito», «parecía que non se ía acabar nunca» o «pasámolo moi mal» eran algunas de las expresiones que más repetían.