La señora Chon aprendió a nadar con 80 años y a los 93 va a la piscina a diario: «Isto é saúde»

RIANXO

La rianxeira, que luce una sonrisa perenne, se entretiene haciendo sopas de letras y cuidando de las gallinas y la huerta
02 jul 2022 . Actualizado a las 19:30 h.Chon transmite serenidad. Tiene una sonrisa franca y abierta, unos ojos azules vivaces y la apariencia de ser la mejor persona del mundo. Ayer, la recibieron con aplausos en la piscina de Rianxo porque había una cámara haciéndole fotos, pero merecería un aplauso todos los días porque, a sus 93 años, acude a diario a la instalación municipal para nadar. Es el vivo ejemplo de que nunca es tarde para nada, ella aprendió a nadar a los 80 años, y hasta hoy: «Para min isto é saúde».
Su nombre completo es Concepción Domínguez Herbón, aunque todos la llaman Chon, también en la piscina, donde todo el personal la trata con la familiaridad de quien se ve las caras todos los días. Desde hace más de una década, ella intenta no faltar nunca a la cita, y su constancia está a prueba hasta de accidentes. «Aí atrás caín e rompín unha man, estiven seis semanas sen poder vir. Pero así que me curou xa volvín», contaba mostrando la extremidad que se fracturó.
Desde el principio
Podría pensarse que Chon lleva toda la vida braceando, pero la realidad es que en absoluto es así. De hecho, como muchas personas de su generación, no sabía, aprendió a hacerlo en las instalaciones rianxeiras.
Fue de las primeras en probar el vaso nada más inaugurarse, en el 2009. «Cando vin que estaban facendo aquí a piscina dixen que cando abrira había de vir e así foi. Tomáronme a palabra e apuntáronme, déronmo de regalo», cuenta con su resplandeciente sonrisa. Además, resultó que a pesar de su inexperiencia en la piscina se encontraba como pez en el agua: «Non sabía nadar nada, pero logo aprendín. Non lle teño medo ningún á auga». Sigue sin tenérselo, y en el vaso le gusta moverse por libre: «Eu ando sola, non vou a cursos nin nada».
En autobús
A su edad, y aunque vive con su hija, es completamente independiente, tanto, que para ir a la piscina habitualmente utiliza el transporte público y lo coge bien temprano. Cuentan los trabajadores de la instalación que a las ocho y pico de la mañana ya está entrando por la puerta para el chapuzón diario. «Veño cedo porque agora xa é día. No inverno non, que aínda é noite e collo o autobús máis tarde para vir», aclara ella.
El pasado 10 de junio sopló las 93 velas, y desde la dirección de la piscina rianxeira, que está gestionada por Be One, quisieron felicitarla públicamente y dejar constancia de que la edad no es excusa para dejar de cuidarse y de hacer ejercicio. Y la propia Chon lo corrobora: «Eu creo que me aguanto así de ben por vir á piscina. Para min é saúde», insiste.
Lo cierto es que, de buenas a primeras, a Concepción no se le echan las 93 primaveras que ya tiene a las espaldas. «Son unha persoa moi tranquila», dice ella.
Cuerpo y mente
Cojea un poco, pero por lo demás está como una rosa, física y mentalmente. Porque el cerebro es algo que también ejercita, y en su rutina diaria dedica tiempo a hacer sopas de letras y a pintar dibujos para entrenar la mente. «Ando entretida con iso, porque a televisión non me vai. Vexo algún programa, pero pouca cousa, falan moi atropelados e non me gusta».
También se dedica a cuidar la huerta de casa y tiene gallinas de las que se ocupa, así que no le faltan cosas que hacer y se mantiene muy activa. Aunque insiste: «Eu penso que me aguanta así a piscina».
Así que, al menos por el momento, ni se le pasa por la cabeza dejar a un lado los baños diarios, que además le sirven para encontrarse con mucha gente: «Este día aínda estiven falando con unha que era da parte de Dodro ou de Lestrove, e aquí vén á piscina xente de Boiro». También tiene palabras amables para los trabajadores de la instalación: «A xente de aquí moi ben, son moi atentos».