Los 30 años de servicio del cabo Fernández

Marta Gómez Regenjo
M. Gómez RIBEIRA

RIANXO

José María, una figura icónica en Rianxo tras décadas colaborando como voluntario, se retira

31 may 2024 . Actualizado a las 20:23 h.

Seguramente no habrá muchos miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que puedan presumir de una retirada con honores como la que ayer brindaron al cabo Fernández en Rianxo. Él, en realidad, no tiene una carrera policial ni estaba a sueldo del Ministerio del Interior, sino que el servicio público que prestó durante tres décadas fue como voluntario, un acto de generosidad que recibió el premio que se merece con un caluroso homenaje tras colgar el uniforme y el walkie-talkie.

Cabo Fernández es el apelativo que por el que lo llaman los agentes de la Policía Local, pero la mayoría de los rianxeiros lo conocen por José María, o mejor, por Che María, o policía. Él es ya una figura icónica del municipio, y su presencia en Campo de Pazos walkie-talkie en ristre, cortando el tráfico en unas fiestas o durante los entierros en Taragoña, repartiendo bandos o abriendo la antigua clínica de la parroquia a primerísima hora de la mañana para que los vecinos no tuviesen que esperar la llegada del médico a la intemperie están incrustados en la memoria colectiva.

Decía Antonio Tubío, Maneiro, exjefe de la Policía Local y promotor del homenaje, que son tantos años de servicio que es imposible acordarse de toda la ayuda que prestó José María en su tiempo en activo. Aun así, hizo un repaso por una trayectoria que arrancó de su mano cuando asumió la jefatura del cuerpo municipal y que se ha mantenido a lo largo de todos estos años. Recordó, por ejemplo, que es el último pregonero de Rianxo, ya que, además de repartir los bandos municipales, informaba de su contenido de viva voz.

Entrega de regalos

También mantenía al vecindario al tanto de los entierros, y en el cuerpo de la policía lo consideraban «un máis» por una razón muy importante: «Hai persoas que de forma natural fan o ben. El é unha delas. Dicía Aristóteles algo así como que a virtude está no punto medio entre os extremos, pero a virtude de José María está na súa bondade».

Maneiro intervino después de la entrega de regalos al homenajeado, que como se dijo se retira con las botas puestas porque ha seguido al pie del cañón mientras la salud se lo ha permitido. El teniente de alcalde rianxeiro, Julio Alcalde, y el exregidor Pedro Piñeiro hicieron a José María entrega de una placa de parte del Concello, mientras que sus amigos de las fuerzas y cuerpos de seguridad le entregaron otra con los escudos de la Policía Local, la Guardia Civil y Protección Civil, y recibió también una obra de Che Tembra con su retrato forjado en hierro.

José María estuvo muy bien arropado en la comida que se celebró en la Parrillada Barbanza. Sus dos hermanos y otros familiares acompañaron a un sorprendido cabo Fernández que no esperaba semejante reunión y que se mostró emocionado a su llegada al comedor. Al homenaje no quiso faltar nadie, y hasta hubo quien se presentó de improviso para sumarse al reconocimiento a quien durante tantos años fue una figura imprescindible del voluntariado en Rianxo. Miembros de la actual corporación y de las pasadas, familiares e integrantes de las fuerzas del orden en activo y ya retirados formaron el nutrido grupo de amigos que despidió con honores al cabo Fernández.