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El último cíber en pie de la comarca

Antón Parada

RIBEIRA

CARMELA QUEIJEIRO

El ribeirense On-Line se abrió en 1998 y desde entonces ha ido aguantando el tirón, adaptándose a los nuevos tiempos

19 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Se escuchan unas pisadas y unos gritos de júbilo en inglés. Inmediatamente, un grupo de hombres armados y uniformados avanza a toda velocidad hacia una nave industrial. Antes de cruzar la puerta principal, uno de ellos cae acribillado a balazos de AK-47 y alguien grita «¡disparad en la brecha!», acto seguido el fogonazo de una granada aturdidora tiñe todo de blanco. Un escurridizo agente pasa inadvertido por el conducto de ventilación y logra llegar a la sala de los rehenes. Cuando parece que la misión está cumplida, el último de los terroristas acuchilla por la espalda al héroe.

No, no se trata de la realidad. Esta es solo una partida más, repetida hasta la saciedad por un puñado de generaciones de jugadores en las inmortales pantallas de los monitores del Cyber On-Line de Ribeira. Regentado por el marinense Víctor Manuel Santiago Beltrán, este mítico establecimiento fue inaugurado en el 1998 y, 19 años más tarde, es el único cíber que queda en activo en toda la comarca.

Podría decirse que la relación entre el responsable del local y este fue inevitable. Comenzó trabajando en una tienda de informática de la localidad y a partir del 2000 se fue quedando al cargo del cíber por las tardes, hasta que en el 2007 sus antiguos propietarios le propusieron que se hiciese con la instalación. Santiago no lo dudó un solo instante y así se formalizó el traspaso.

La evolución

«Hubo una época en la que hasta tuvimos cafetera», afirmó bromeando el empresario al recordar la actividad que llegó a tener el negocio hace una década. Por aquel entonces no era extraño el aforo completo y ver colas de jóvenes esperando atentamente a que alguien dejase un puesto para tomar su lugar ante el ordenador. La explosión de videojuegos como Counter strike, Quake o Age of empires aseguraba un aforo completo a base de pandillas de colegas.

El modelo de negocio fue evolucionado al desaparecer la tarifa fija e introducirse un sistema por minutos en el que cada usuario tenía su propia cuenta e incluso podía transferir tiempo a los amigos. ¿El secreto del éxito? Víctor Santiago lo tiene claro: «Aquí dentro todos éramos niños». Y es que daba igual la edad, chicos de 10 años competían con veinteañeros sin percatarse del paso del tiempo.

El reinicio

La democratización de la tecnología y el acceso universal a la Red fueron los factores que propiciaron la desaparición progresiva de los cíber. Solo en Ribeira llegó a haber tres más de ellos y dos locutorios. «Ahora nos dedicamos más a los trabajos colaterales: impresiones, formateos, recargas de telefonía», explicó Santiago las nuevas tareas que realiza en el Cyber On-Line. Incluso ha introducido teléfonos para llamadas internacionales y baraja poner varias cabinas de locutorio.

«Ahora ya no hay vida después del juego», destacó señalando la barrera social entre los jóvenes que se quedan jugando en casa con los auriculares, ya que sus homólogos de antes usaban el local como punto de encuentro para después ir a jugar a la calle o al fútbol. Sin embargo, todavía queda esperanza. Desde hace un tiempo, un grupo de chavales de 12 años ha comenzado a parar en el local para intentar rescatar de una vez a esos pobres rehenes.