El instituto Número Un de Ribeira celebra el día 16 el 50.° aniversario de su creación en el curso 1968-69. Con ello se cumplía el deseo del alcalde Félix García Arriaga, que lo gestionó con gran empeño y de manera personal en Madrid, dada la necesidad de un centro oficial de enseñanza media en Ribeira. Nace así el instituto, de forma tímida, porque solo contaba con unas decenas de alumnos, 11 profesores, el conserje y la señora de mantenimiento, siendo la primera directora María Victoria Tizón y el secretario Juan Cabeza. Como todo organismo vivo, creció rápido y significó una oportunidad para las familias más humildes, no solo del municipio sino de toda la comarca por ser durante años el único de la zona. Acudían alumnos desde Taragoña, Boiro, A Pobra hasta Porto do Son, con mucho sacrificio porque las carreteras y el transporte eran precarios (los viales de Noia y Corrubedo eran de tierra, sin aceras y con socavones).
El instituto, desde un principio, se caracterizó por complementar el programa educativo con las actividades más diversas que redundan en una mejor formación académica. No se trata en este espacio de enumerarlas, pero fueron célebres en los primeros años las obras de teatro que dirigía el profesor Alfonso Pimentel y ya se descubría como buen actor Quico Cadaval. También eran de interés los estudios de flora y fauna de distintos ecosistemas dirigidos por Fina Varela y Mercedes Rodríguez, o las jornadas de geología y la semana de las ciencias que despertaban la curiosidad de los alumnos, de las cuáles tendrán grato recuerdo.
Así como pequeñas causas producen grandes efectos, la labor del instituto cristalizó en un buen número de universitarios que ocupan ahora puestos de responsabilidad como médicos, abogados, jueces, ingenieros o catedráticos. También debe ser motivo de satisfacción que antiguo alumnado forme hoy parte del grupo de profesorado del centro. Para nuestra vida, 50 años es una edad avanzada, pero la institución académica tiene otra medida del tiempo y su recorrido va a ser muy largo, pero considero que es bueno recordar que hace 50 años, Ribeira resplandecía con la inauguración del instituto por el que pasaron miles de alumnos, y por ello debemos decir Gaudeamus.