Fundó un centro de educación integral en el que trabaja con niños con TEA
07 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La casualidad trae a la vida sorpresas que en numerosas ocasiones la cambian por completo. La ribeirense Alba Pérez entró en la carrera de Magisterio Musical un poco por azar y al finalizarla optó por seguir formándose y eligió el grado de Magisterio Infantil. Ahí fue dónde descubrió algo nuevo que llamó su atención: la psicología. Las asignaturas relacionadas con este ámbito fueron las que más le gustaron, por eso para profundizar en ese campo y por puro interés decidió estudiar Psicopedagogía en Santiago. «No lo hice con la finalidad de trabajar en algo relacionado con ello, sino porque quería aprender más», explica Pérez.
Al principio no se veía en un centro de educación especial porque no se sentía preparada para ello. La insistencia de su madre la llevó a echar un currículo en uno y la llamaron para trabajar allí. «Empecé a formarme en enfermedades raras y neurodegenerativas para conocerlas mejor. Con esas herramientas y un poco de análisis descubrí que me encantaba ese mundo», cuenta. Tanto fue así que desde aquel momento siempre trabajó en ese campo y hace cinco años fundó con una amiga, Celia García, Innova Educación Integral, situada en Vigo, que engloba varios ámbitos como la psicología, la logopedia y la atención temprana.
La ribeirense, que también da clases en un colegio en Pontevedra, dirige el área de gabinete y trabaja con niños que sufren trastorno del espectro autista (TEA) y sus padres en sesiones conjuntas para saber qué necesitan: «Al estar todos juntos aprenden a comunicarse con sus hijos», señala Pérez. El entorno de la comunicación es uno en los que más profundiza ya que a veces las personas que tienen TEA tardan en desarrollar esta habilidad. Alba usa la música para ayudar a los niños a aprender a hablar y a expresarse. «Algunos empiezan imitando la tonalidad y a partir de los sonidos y del canto comienzan a reproducirlos. Otros siguen más el ritmo de la palabra», puntualiza.
La psicopedagoga de 34 años indica que hay muchos mitos en torno a las personas que sufren TEA, como que son reacios al contacto. «Tienen una percepción sensorial diferente. Les puede molestar que los toquen o todo lo contrario. En mis clases se da el segundo caso, a los niños les encantan los abrazos, se pasarían el día así», señala Pérez.
Varios proyectos
Alba se define a sí misma como una persona que está siempre activa, por eso es normal que esté inmersa en varios proyectos a la vez. Uno de los que tiene entre manos involucra también a una persona muy importante en su vida: su madre, Elena Fernández. «Estamos trabajando en un cuento educativo en el que la naturaleza es la protagonista .Nos juntamos las dos, ella ilustra y yo escribo», afirma la ribeirense.
El libro todavía no está terminado, pero ya tiene título: Nunca tal vin. Lo que buscan con este relato es acercar la naturaleza a los más pequeños. «Queremos dejar un planeta mejor a los niños, ¿pero ellos serían capaces de cuidarlo? Todo es consumismo y se están perdiendo conocimientos relacionados con el medio ambiente», sostiene Pérez.
Madre e hija trabajan en sus ratos libres en el cuento, por lo que aún no saben cuando lo finalizarán. Elena señala que faltan una docena de ilustraciones por realizar, a las que Alba tiene que añadir el texto. «La base de la historia la hicimos entre las dos. Compartimos ideas y nos coordinamos. Ella me dice cómo quiere pintar cierto punto del relato y yo le cuento lo que quiero escribir», explica.
La ribeirense colabora en varios proyectos de distintas organizaciones. Uno de ellos es con la fundación Pictoaplicaciones y está enfocado en la educación y en la inclusión. También participa en iniciativas de la asociación Tadega e imparte cursos de formación en educación especial.
Experiencia. El primer trabajo en un centro de educación especial definió el futuro de Alba. Desde aquel momento siempre estuvo ligada a este campo.
Proyectos. Trabaja con su madre, Elena, en un cuento ilustrado en el que la naturaleza es protagonista: Alba escribe y Elena dibuja.