No hay nada que preocupe a la sociedad sobre lo que no exista un libro escrito
13 sep 2021 . Actualizado a las 11:05 h.Si no hay un giro de guion a lo G. R. R. Martin, Ribeira tendrá una nueva biblioteca, para la que se destinará cerca de un millón en comprar, reformar y equipar la conocida como Casa Gran Sol. Según los diferentes partidos, la infraestructura responde a un problema real, ya que la actual se ha quedado pequeña tras convertirse en aula de estudio para bachilleres, universitarios y opositores.
Pero una biblioteca que se precie no debería ser solo una silenciosa sala de estudios, sino que tendría que abrir una puerta a lo más importante de la literatura universal, donde se nos explica cómo y porqué hemos llegado a donde estamos hoy en día. Ni más, ni menos. No hay nada que preocupe a la sociedad sobre lo que no exista un libro escrito. Nos explican por qué existen las crisis económicas, por qué Europa es más rica que Asia, qué son las criptomonedas, por qué nos comportamos como lo hacemos, o por qué nos fascinan personas como Belén Esteban.
Y ese es en realidad el papel prioritario de lo que es una biblioteca. Papel que en Ribeira no se cumple porque, para poner un ejemplo, no hay ni un solo libro del último premio Princesa de Asturias de las Letras, Emmanuel Carrère. Qué decir de Julio Camba, Chaves Nogales, Svetlana Aleksiévich, Javier Marías, Michael Houllebecq, Andrew Roberts, Heródoto, Daniel Kahneman, Jared Diamond, Nassim Taleb, Walter Isaacson, Albert Camus, Montaigne o Umberto Eco. Nombres que deberían estar en cualquier fondo que se precie, básicos si lo que se quiere construir en la capital barbanzana es algo más que una sala de estudio. Sino sobran hasta las estanterías.